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Chill Apocalypse SC. / 2017
31/Mar/2017
Ha llegado el 2017; en menos de cuatro meses nos ha saciado con vida musical. Evidentemente, Rey Pila no podía quedar parado. Después de un año de gira con presentaciones de su último material, Survellance Camera (2016), Solórzano y compañía han regresado con un memorable álbum que alimenta a todos aquellos hambrientos de música.
Con tan solo cuatro tracks, Wall of Goth es el más reciente material de corta duración por parte de la agrupación mexicana. Un manjar musical que proviene de la naturaleza de Rey Pila. Un EP completo, satisfecho y abundante. Nació en el estudio de Red Bull Studios en Nueva York. Casablancas y el coproductor Shawn Everett apadrinan este apostante trabajo. Es bien conocido el talento y dedicación que Julian Casablancas (vocalista de The Strokes) empeña en sus producciones; ésta no es la excepción.
Con un cuerpo de cuatro temas inéditos, Rey Pila entrega a su público un compuesto armonioso de pop con tornamesas vibrantes. “How do your know?”, track número uno, es la presentación que despega los pies del pavimento y la mente de la realidad. Con una vocalización trastornada por los elementos electrónicos, el tema cristaliza la identidad de Rey: guitarras suaves que adornan la voz, sintetizadores sin alarma que provienen de una frecuencia de danza y fiesta. Una canción para bendecir el año en curso.
“Ninjas”, fue el sencillo presentado en todas las plataformas para adueñarse de nuestro sistema auditivo. Como en el inicio de un videojuego de los años noventa, el segunda track está armado de beats activos y constantes que son acompañados de una batería con vida. El coro de la canción logra armonizar el entorno en dondequiera que la degustes.
Con un inicio y cierre esplendido, casi glorioso, “Sunday Games” ofrece, a mi parecer, la naturaleza de la que hablaba al inicio sobre Diego y su agrupación. Una canción con una claridad musical descomunal; tal cual, "Ellos". Suave, simétrica, adornada y perfectamente acomodada. En realidad –siendo honesto– sentí en dicho track la mano completa (como metáfora) de Casablancas. ¡Es su naturaleza!
Y, como una alarmante pero satisfactoria clausura, “No Man´s Land”. Un tema ligero y delicioso, como una taza de café recién servida. Con su letra inspiradora y su toque sensible, la melodía que cierra el eficaz material, prolonga el viaje que te desconectó de la realidad. Incita, suavemente, a reproducirlo en la totalidad del día.
Rey Pila siempre se ha destacado por su excelso trabajo, su inigualable técnica de producir y su satisfactoria esencia en los escenarios. Una agrupación que deja en alto las raíces de su nación. Compite con los talentos más capaces de la Tierra, mismos talentos que no se enfrascan en un material comercial y popular. Es, en verdad, una nueva forma de hacer pop.
Wall of Goth saldrá a la venta hasta el viernes 28 de abril. En tanto la fecha se llega, vuelve a escuchar "Ninjas" y/o lánzate a Ceremonia.
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Castle Face Records / 2017
29/Mar/2017
Pasaron dos años para poder escuchar el tercer disco en solitario de Dwyer, se titula: Bunker Funk. Y sí, con la primera escucha su música hace vibrar al cuerpo; lo envuelve de toda la sensualidad que el funk transmite y, al mismo tiempo, hace flotar las ideas con los solos de guitarra y los coros pegadizos.
“Bog Dash” mantiene el ritmo, puede sentirse cierta turbación en las voces que no permiten a las caderas detener su movimiento circular. "Bunker Funk" tiene un doble objetivo: provocar sensaciones placenteras e introducir a un mundo post-apocalíptico; la desesperación y los pasajes desolados reinan. Los sonidos metálicos y los loops pesados de “The Cryptologist” refuerzan dicha sensación.
La ciencia ficción regularmente crea mundos en los que la opulencia y la decadencia se corresponden. “Slay The Priest” podría ser el acompañamiento ideal para las escenas en donde los robots caminan –con total normalidad– entre los humanos en largos pasillos iluminados por luces neón.
Llena de melancolía y downtempo, "The Night Shopper" cierra el álbum. Deja en la memoria la idea de haber atravesado todo un cuento sonoro. Los paisajes naturales y espaciales se mezclaron y dejaron al silencio tomar parte. La experimentación y el noise están muy presentes a lo largo de las diferentes canciones; nunca se salen de control, ni se apoderan del sonido, se mantienen al margen.
Desapegarse del sonido de Thee Oh Sees es un poco complicado, hay momentos en los que parecería que escuchamos a la banda completa. Con 14 canciones, John Dwyer nos muestra su universo personal de una forma más transparente. Los acordes de piano se son delicados y es su voz un sonido imprescindible para este material.
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