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8
Odd Future Records / Sony / 2015
Como una especie de enfant terrible del rap, Tyler regresa diversificado y pone en jaque los arquetipos del “rapero afroamericano”. Junto a enérgicos riffs de guitarra y bajos profundos, “Deathcamp”, primer track del álbum, nos da una idea clara de la relación que el californiano tiene con la fama, comparándola con un campo de exterminio.
El cuestionamiento hacia la vida bajo los reflectores, el consumismo y la figura del “gangsta”, prevalece en tracks como “Buffalo”, “Run” y “Cherry Bomb”. Esta última canción es uno de los momentos más explosivos del disco, ya que cuenta con la más intensa y premeditada saturación de beats que se puede experimentar.
En el sonido de Cherry Bomb no hay matices. Pasa de momentos oscuros e hiper saturados, como en “Pilot” y la ya mencionada “Run”, a confortables instantes de lounge y del llamado neo soul, como es el caso de “Find Your Wings” y “2 Seater”. Además para “2 Seater”, Tyler nos regala un arreglo con saxofón y una sección de cuerdas, que inspiran la elegancia de un convertible.
El erotismo en su forma más carnal tampoco podía faltar. “Blow My Load” presenta soul y letras para echar a volar la imaginación. También hay espacios románticos al estilo de Tyler, The Creator. “Okaga, CA” es una invitación a escapar volando y sin equipaje a algún lugar de California, en una refrescante reinterpretación del doo-wop nos refleja Tyler, The Creator.
“Fucking Young/Perfect” describe cómo enamorarse de una chica seis años menor que tú, puede significar seis años de sentencia. Aquí colaboran Chaz Bundick, Charlie Wilson de The Gap Band y la colombiana crecida en Virginia, Kali Uchis, quien pronto se presentará en Ceremonia.
Hablando de otras colaboraciones “The Brown Stains of Darkeese Latifah Part 6-12 (Remix)” es una muestra del callo lírico de Tyler y Schoolboy Q, además del ejemplo de cómo dejar caer un buen beat. “Smuckers” junto a Kanye West y Lil Wayne es líricamente astuta y continua los cuestionamientos con respecto a las poses del rap; aunque pese a los nombres, no es el track estelar que se podría pensar. Más atractiva resulta “Keep da O’S” al lado de Pharrell Williams; una tenebrosa experimentación con voces llevadas a un pitch agudo, que goza de algunos momentos celestiales que giran alrededor de las “O’s” (onzas de cocaína).
Quienes conocen los inicios de este rapero con Goblin, probablemente encontrarán algo insertadas algunas de las colaboraciones presentes en este álbum. A primeras, Cherry Bomb puede resultar un tanto atascado, incluso pretensioso. Sin embargo, al prestar atención a los detalles que siembra Tyler, The Creator en sus melodías y su lírica, podrán redescubrir este material ¡Dense!