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Radiohead – A Moon Shaped Pool

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Radiohead – A Moon Shaped Pool
Radiohead – A Moon Shaped Pool

XL Recordings / 2016

Artista(s)

Radiohead

09/May/2016

Cuando hasta el pasado suena a futuro.

La mayoría de los interesados en oír el nuevo disco de Radiohead ya lo hicieron y tienen una opinión clara: odio o amor. Aquí no hay medias tintas, sus fans se vuelven evangelizadores y sus haters dedican más tiempo a escucharlos que los propios seguidores para encontrar algún detalle criticable.

Pero, por más que se quiera demeritar su música, esta es la culpable de esas emociones extremas, más que el hype que ellos mismos han fabricado en cada etapa; más que el “carisma” de sus integrantes y más que la manera en la que revolucionan la industria de la música.

A Moon Shaped Pool no se libra del ruido mediático. Sin embargo, a diferencia de The King of Limbs (2011) –que podría ser calificado como el álbum menos bueno de la banda– A Moon Shaped Pool justifica la exposición que ha tenido hasta ahora.

El disco cuenta con 11 canciones, y 8 ya habían sido escuchadas previamente o datan de sesiones pasadas: “True Love Waits fue tocada en la gira de promoción para The Bends e incluida en el I Might Be Wrong: Live Recordings (2001), mientras que “Burn The Witch” quedó fuera de varios discos y se remonta a los tiempos de Kid A (1999).

¿Cómo un disco que poco tiene de “nuevo” acredita el gran recibimiento que ha tenido? Suena ilógico, suena a broma o engaño. Es, por lo menos, decepcionante que un nuevo disco tenga ocho canciones previamente “conocidas”, y más si tomamos en cuenta que han pasado cinco años desde el último trabajo de los ingleses. Olvida ese detalle, realmente no pesa y, de hecho, muchos escuchas ni siquiera notaron ese dato. Aunque es una colección de canciones de diferentes épocas –algunas recientes, otras antiguas– todas terminan por tener un sabor a “Radiohead 2016”: suenan nuevas y frescas.

A Moon Shaped Pool abre con “Burn The Witch”, un potente golpe de cuerdas a los oídos. Al escucharla se entiende que haya quedado fuera de trabajos anteriores, pues no suena a esos discos. Continúa el mejor de los tres temas nuevos, “Daydreaming”, una balada que tiene como protagonista un simple y triste piano y que por momentos recuerda la pesadez de “Exit Music (For a Film)”, además de la melodía profunda e hipnótica de “Weird Fishes/Arpeggi”.

Un momento cumbre es “Ful Stop” por su estresante ritmo in crescendo y su melodía sombría que explota y se convierte en un tema totalmente RadioheadDespués del bajón minimalista de “Glass Eyes” llega “Identikit”, una joya, la cual pone en marcha una gran cantidad de elementos como guitarras incisivas y puntuales, un bajo punzante y luminosos sintetizadores para gritar desesperadamente “Broken hearts, make it rain…” en repetidas ocasiones.

En “The Numbers” la banda demuestra que no solo se reinventa, sino que también hace “tributos” que pasan por propios, pues, en este corte, es fácil escuchar a Serge Gainsbourg y su afamado Histoire De Melody Nelson.

“True Love Waits”, en su nueva versión, es el cierre del disco, y adquiere una atmósfera diferente: ya no está la emotiva guitarra que acompañaba al “And true love lives on lollipops and crisps…” y al resto de la desgarradora letra.

A Moon Shaped Pool es un gran disco de Radiohead, una gran colección de temas sueltos que remontan a sus trabajos más importantes. Nunca un conjunto de canciones tan heterogéneas habían sonado en perfecta simbiosis –ese es el principal mérito en este disco–. Hay que entender que no es un greatest hits. Al contrario, es más parecido a un disco de b-sides –aunque tampoco lo es– mezclado con años de crecimiento, madurez y, sobre todo, con una nueva visión musical de la banda, aunque eso signifique un trabajo sin la fuerza de los discos de antaño. No es un The King Of Limbs, pero tampoco es un In Rainbows.

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Brian Eno – The Ship

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Brian Eno – The Ship
Brian Eno – The Ship

Warp / 2016

Artista(s)

Brian Eno

09/May/2016

Más que un “nuevo álbum”, Brian Eno crea una pieza audiovisual.  

40 años de carrera lo respaldan. Sin embargo, Brian Eno ya no solo es un músico, sino un artista integral que abarca muchas otras formas de arte, y para muestra está su reciente álbum: The Ship.

Con sólo cuatro temas, este material traspasa la línea de ser sólo un disco para convertirse en una pieza audiovisual. Seguro, si has ido a un concierto de música experimental en un museo y conoces la trayectoria de Eno, se te hará demasiado familiar. Y si esto te ha ocurrido es precisamente porque Brian fue pionero en este tipo de composiciones.

¿Cuántas veces habías escuchado la voz del artista a lo largo de su trayectoria discográfica? Han sido contadas, sólo a principios de su carrera en los 70 y esporádicamente en algunos otros discos. El ambient acompaña este último material, incluso el dark ambient en sus tres primeras pistas.

“The Ship” también es el nombre de la primera canción. Inicia con una atmósfera melancólica y oscura. La lentitud de los sintetizadores te lleva a una imagen donde caminas a lo largo de los restos de una catástrofe: hay incertidumbre, aunque sabes que algo pasó ahí. A esto se adhiere la voz de Eno completamente procesada y con un estilo gregoriano, que bien te pueden llevar a la meditación o a sentir una profunda nostalgia. Después de 21 minutos y casi bajo la misma línea, le sigue su segunda pista de 18 minutos: “Fickle Sun (i)”, pero en ella hay mayor consecución en la melodía. Después, en “Fickle Sun (ii) The Hour is Thin” parece que escuchas al autor recitar una pieza poética musicalizada con piano. Finalmente, el álbum se ilumina con “Fickle Sun (iii) I’m Set Free”, cover a The Velvet Underground que remite a la época glam del artista.

El creador de The Ship menciona en su sitio web que este material nació a raíz de dos hechos: el primero, su fascinación por el surgimiento trans-cultural, resultado de la arrogancia entre imperios durante la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, el hundimiento del Titanic, ese barco imponente e insumergible que pudo ser el mayor triunfo del hombre sobre la naturaleza.

Estoy convencida que el arte de una obra reside en la reacción que ésta provoca en su espectador o en su escucha, y realmente, este álbum logra una variedad de reacciones muy rica. Es estruendoso, con una enorme carga emocional y visual que, además, evoca los primeros años de carrera de Eno.  

Si bien, el autor ha creado composiciones pensadas para ambientar obras artísticas o para que estas funjan como tales, es válido sólo disfrutar sus piezas en tu reproductor de música.

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Radiohead – A Moon Shaped Pool - Indie Rocks!