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Caroline / Rob The Rich / 2019
Uno de los retos más importantes para cualquier proyecto musical es encontrar el camino adecuado para madurar su propuesta, evolucionar el sonido. En el mejor de los casos, algunas agrupaciones entienden cómo arraigar elementos de identidad en su esencia; mientras se desprenden de aquellos susceptibles a dejar de funcionar. Y si tenemos que hablar de una banda que se esfuerza por emprender dicha peripecia, hay que referirnos a Ra Ra Riot.
Ya parece lejano aquel año 2006 en el que estos originarios de Nueva York irrumpieron en la escena para ser catalogados como uno de los proyectos más promisorios de los años venideros. Hoy, casi 11 años después del refrescante The Rhumb Line, regresan con su quinta producción de larga duración: Superbloom, una analogía conceptual sobre el florecimiento de las ideas y las diferentes orientaciones que puede tomar un mismo recurso sonoro.
A partir de lo anterior, se entiende la explícita intención colaborativa que presenta este disco. En primer plano, la inclusión de Kieron Menzies y Dean Reid –productores de cabecera de Lana Del Rey- propició la construcción de atmósferas familiarizadas con el pop mainstream desde el uso de sintetizadores y percusiones más amables. Canciones como "This Time Of Year" o "Dangerous" tienen un destino ineludible en las pistas de baile.
Sin embargo, si hay que hablar de una adición determinante en el equipo de Ra Ra Riot, el gran nombre es Rostam Batmanglij. El ex Vampire Weeknd y colaborador de Frank Ocean, Solange y HAIM, estira la sección armónica de tal manera que las guitarras cobran un protagonismo poco visto en la banda, al grado de situar canciones como “Endless Pain/Endless Joy” en los terrenos del pop punk. Es el mismo Rostam quien encamina las baladas a partir de su desempeño en el piano.
En términos temáticos, es notoria la coordinación de los ocho compositores para plantear el trabajo lírico en una dicotomía: el paraíso del amor correspondido y el melodrama del romance que llega a su fin. Desde las referencias a la vida cotidiana se construye un relato de carne y hueso en el que las transiciones de una etapa a otras pueden tornarse dolorosas.
Para la generalidad, conjugar tantos recursos nuevos afecta la fluidez en el engranaje de la banda, lo que presenta un disco lleno de inconsistencias. Superbloom nos lleva a pensar que, en varios sentidos, esta producción es transitoria en la discografía de la agrupación con miras a una de etapa que marque la reinvención definitiva.
Aún así, Superbloom deber reconocerse por su ligereza y la disposición para acercarse a un público totalmente nuevo que, seguramente, estará esperando el futuro de Ra Ra Riot con emoción.