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Partisan Records / 2020
En la historia de la música, han habido ciertas disqueras lograron forjar un sonido particular. Así, podemos distinguir el sonido 4AD como la brumosa ensoñación musical que produjeron bandas como Cocteau Twins o Throwing Muses; el sonido Sarah es más bien nostálgicamente alegre, de guitarras jangle, como una tarde recordando un amor que se ve a través de viejas fotografías; Epitaph, por su parte, se encarga de darte directo en la cara con la agresividad y turbulencia de sus bandas. Pocas veces una banda encajaría tan bien en la esencia de una disquera, como Pottery si siguiera existiendo Postcard Records.
“Esto es Orange Juice, desde Glasgow”, dijo Alan Horne mientras le entregaba una copia de “Falling and Laughing” a John Peel, el legendario DJ de la BBC. “Necesitas ponerte al tanto, viejo. Olvida toda esa mierda de Bunnymen o Teardrops. Esto es el futuro”, dijo mientras blandía el artefacto en su cara. Por aquellos tiempos el post punk era imperante. ¿Por qué no darle algo más de sazón a las cosas? ¿Por qué no hacerlo más “amigable”?
Pottery es una banda de Montreal. Desde hace años han creado revuelo con respecto a cómo sería su primer álbum. Ahora vivimos tiempos de sencillos, no de LPs. Es por eso que cuando una banda se toma en serio un material, es de agradecerse. Hay diferencias de edad entre sus integrantes, de los 21 a los 30 años más o menos. Algo así, le añade personalidad a la banda. Casi una década de diferencia, significa que tuvieron ídolos musicales variados. Cuando te decidas a eso, las referencias parecen ser que, entre más, mejor.
Welcome to Bobby’s Motel es el título del álbum. Y empieza veloz. Instrumental con breves pasajes de una voz distorsionada. Como una persecución en una carretera perdida que acaba abruptamente. Así da paso a “Hot Heater” en donde ya se distinguen esos riffs que recuerdan a Josef K u Orange Juice. La voz juguetona. El post punk en las venas. Los coros y cambios que se acercan al legado de Byrne. Pottery se revela a sí mismos como una banda que suena fresca y emocionante gracias al recuerdo de otras cosas. Hay que tener una sensibilidad desarrollada para hacer canciones tan buenas como las de Pottery.
¿Quieres bailar con un bajo digno funk? Ahí tienes “Bobby’s Forecast”, un despliegue lisérgico de cualidades para alegrar los días. Antes dije que Pottery encajaría bien en Postcard Records, pero es la nostalgia hablando, la verdad es que Partisan es una casa hecha a la medida. Cuidan a sus artistas, les dejan tener su personalidad y en palabras de la propia banda, no importa si eres IDLES, Fontaines D.C. o Pottery, la relevancia es la misma.
“Reflection” calma las cosas. Es cadenciosa. Si te la encuentras en una lista de lo mejor de finales de los 70 principios de los 80 perfectamente creerías que fue hecha en esos años. “What’s in Fashion?” recuerda al inicio de “Electricity” de OMD para después pasar a tener un toque de XTC. Pero con estas referencias, Pottery no se siente arcaico, al contrario, tiene un toque refrescante. Son energéticos. Juguetones. En vivo tienen todo para conquistar los escenarios.
“Hot Like Jungle” termina un disco que casi se siente conceptual, aunque no lo pensaron así. Uno de esos paseos que dan gusto visitar y re-visitar. Al igual que Alan Horne le dijo a John Peel hace algunos años, estamos a tiempo de decir que olviden a quien sea, Pottery es una banda de amigos que tiene todo para ser el presente y futuro.