223543
Philip Selway  —  Strange Dance

9

Philip Selway
Strange Dance

Bella Union / 2023

Artista(s)

Philip Selway

Deslizarse en el infinito heterogéneo del sonido.

Sumergirse en la vastedad del lenguaje musical puede ser una tarea difícil. Encontrar la propia voz en el sonido y fusionarse con él, es la cumbre de todo músico. Experimentar con maneras distintas de estructurar este sonido, lejos de lo armonioso, lo convencional por medio de danzas extrañas que unen la esplendida diversidad musical que hay en el mundo, es la especialidad de Philip Selway, también conocido por su excelente trabajo como baterista de una de las bandas más emblemáticas en la historia del rock alternativo, Radiohead.

Strange Dance es el cuarto álbum del proyecto solista del artista de 55 años, donde deja ver la riqueza musical obtenida de su experiencia en la icónica banda. Entre sonidos desconcertantes y una notable disonancia, el LP se distingue por su carácter experimental y por ser esencialmente un trabajo colaborativo, ya que en él no solo escuchamos a Selway en la voz y la composición, también cuenta con Adrian Utley, guitarrista de Portishead, Valentina Magaletti en el chelo, Hannah Peel, cantante, compositora especializada en música electrónica, la multiinstrumentista Quinta, con Marta Salogni en la producción y mezcla y con Laura Moody en la batería.

Sutil y consistente, Philip se adentra en la versatilidad de los instrumentos que lo acompañan y se adueña de silencios y sonidos por igual para guiar una caótica orquesta que nunca deja de lado el caos y con él, nos hipnotiza.

En “Little Things” tenemos un inicio ligero y melancólico con un piano fugaz que, de a poco, comienza a fusionarse con ritmos etéreos de una batería intensa para culminar en un ascenso instrumental. "What Keeps You Awake At Night" llega a cubrirnos con sensaciones más sombrías, donde la característica suave interpretación de Selway se aparta para dar paso a las cuerdas, violines y chelos toman el control como lamentos que, inevitablemente, nos conducen a los fulgores de la noche.

"Check For Sings Of Life" llega como una suave y oscura balada, que nos recuerda a los temas más emblemáticos de Portishead. De inmediato "Picking Up Pieces" cambia la atmósfera con destellos de entusiasmo progresivos, que se recargan en una tenue pero constante batería que hace de base para dejar el sitio protagónico en manos de la voz de Philip.

"The Other Side" se apoya principalmente del piano para inyectarnos de melancolía mientras el artista pregunta, "What are you gonna do when I meet you on the other side?". En "Strange Dance" Philip juega con su voz y las atmósferas, dónde el artista hace honor al título de su álbum y por medio de una delirante y extraña danza, nos embriaga durante casi seis minutos en una mezcla confusa, y acogedora a la vez, de instrumentos que conversan entre sí guiados por la voz de Selway.

Así llegamos a "Make It Go Away" que inicia con una guitarra entusiasta que le da un espíritu aventurero al tema que el artista nos canta esperanzado. Atmósferas etéreas y envolventes acompañan a "The Heart Of It All" que nos prepara para "Salt Air" que se presenta como una de las canciones más experimentales del álbum, en la que un filoso sintetizador se mantiene durante toda la canción hasta que colapsa con los demás sonidos decrecientes para protagonizar el último minuto y medio de la canción con un estridente y armonioso caos.

Para finalizar Selway nos deja un halo de esperanza con "There'll Be Better Days", un tema de cuatro minutos y medio en el que el artista nos muestra su interpretación más emocional "We're one and the same/ Don't let it start all over again/ And they'll be better days".

223398
Shame — Food For Worms

8

Shame
Food For Worms

Dead Oceans / 2023

Artista(s)

Shame

03/Mar/2023

De aquello que siempre importó.

Tras un más que inesperado hiatus musical durante el confinamiento, el quinteto liderado por Charlie Steen vuelve a aparecer justo al centro del oído público. Esta vez con un nuevo material bajo el brazo y líneas sobre el consumo de drogas prescritas entre universitarios, la pretensión del egocentrismo rampante y el sustrato hiper sensible sobre el que recaen, inevitablemente, cada una de nuestras relaciones. Todo bajo el renovado impulso sonoro de los londinenses.

Food for Worms, grabado y mezclado por Richie Kennedy junto a Tom Herbert al interior de Battery Studios, arranca sutilmente con la intro en piano de "Fingers of Steel" hasta evolucionar en un despliegue luminoso de punteos neo postpunk, graves profundos y vocales reventados. El corte se mantiene entre intermitencias de drama y energía poco contenida, dando muestra de la nueva línea sonora perseguida por la agrupación; melodía y colisión.

"Six-Pack" remarca nuestra primera impresión nutriéndole del frenesí característico al post brexitcore. Sin tregua o retroceso, el espacio para diferenciar nuestros latidos de la metralla percutiva se reduce cada vez más. Nos vemos alcanzados por la agudeza en la sátira de Steen, prendidos de la furia entre rasgueos y avivados por el momentum general acumulado. Justo cuando el corte parece haberse rendido, volvemos a elevarnos entre distorsión, poética y el desgarre de las cuerdas niqueladas. 

Tomamos aire y el álbum parece acompañarnos. "Yankees" sirve de bálsamo y transición hacia un bounce mucho más estable, distribuido equitativamente entre la instrumentación. El tema avanza hasta encontrar un nuevo pico a punta de coralidad. El cambio hacia "Alibis" pasa casi desapercibido debido el poco tiempo entre tracks, exponiendo el rostro más abrasivo del LP con apenas resistencia de este lado del auricular.

La primera mitad de Food for Worms cierra con uno de los posibles nuevos clásicos de la sónica que importa. "Adderall" se arrastra por debajo de nuestra piel hasta alcanzar, una a una, la totalidad de nuestra terminaciones nerviosas. La construcción, el empuje, el paso de sección a sección, la suavidad de las voces en manada, todo parece calculado desde la calidez de quien ha vivido el mañana y sabe que estaremos bien. Los cuatro minutos y medio se desdoblan sobre sí para entregar un viaje armónico-sentimental tan intenso como desolador; shame a pesar de todo.

Con la conmoción aún en la garganta llega "Orchid", introduciendo strums acústicos a un aura de calma y desnudez que se parte en mil pedazos durante los últimos treinta segundos de exposición. "The Fall of Paul" desarrolla sobre estas ideas hasta alcanzar su propia forma, parte muro de sonido amortajado, parte blast melódico a cinco voces. El corte colapsa sobre sí mismo envuelto en acentos erráticos convertidos outro de melancolía, haciendo uno del tracklist y la voluntad del escucha.

La recta final se comparte entre "Burning By Design", "Different Person" y " All The People". Manteniendo esos giros sorpresivos justo antes del final y apuntando el cañón de cierre hacia las ideas del material. shame vuelve la mirada sobre sí para conectar con el chispazo de hace diez años atrás, la compañía en el camino artístico, la verdad del lazo humano. Vuelven para dejar de ser complejos y elegir la crudeza del cuarto de ensayo, del acción reacción instrumental, de la música como extensión orgánica, genuina y sentimental; somos porque sentimos. 

  1. Favoritos

    Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

Philip Selway — Strange Dance