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Republic Records / 2020
El suicidio es la última salida, el punto final, una decisión sin retorno que no termina con la muerte, es un proceso que continúa para las personas que conocieron a quien decidió quitarse la vida. Phantogram, el dúo conformado por Sarah Barthel y Josh Carter ha vivido de cerca esta experiencia y lo plasma en su cuarto álbum de estudio, titulado Ceremony.
Para contextualizar, un familiar de la vocalista de la banda cometió suicidio alrededor del tiempo en el que trabajaban en su anterior disco Three, más adelante el dúo lanzaría el sencillo “Someday” inspirado en el suceso, el cual fue acompañado por un cover de la banda Sparklehorse –cuyo vocalista también se quitó la vida- y las ganancias por este fueron a una asociación para la prevención del suicidio.
El hecho de que “Into Happiness” haya sido la primera probada que tuvimos de Ceremony parece un tanto irónico, pero ten por seguro que es todo menos “felicidad”. Como de costumbre, detrás de los samples y beats altamente bailables de Carter, el dúo es experto en plasmar pasajes líricos oscuros y lúgubres que son exteriorizados por la emotiva y a veces desgarradora voz de Barthel.
A pesar de la ambigüedad de las letras de Phantogram, no es difícil leer la añoranza, el dolor y la nostalgia en estas letras, entre sampleos de soul. Barthel implora a Dios que la saque de este mundo en la introductoria “Dear God”, “Into Happiness” parece una carta de disculpa por no haber estado ahí para alguien antes de que fuera demasiado tarde y la balada de piano “Glowing” suena como un lamento y una dolorosa despedida.
A través de una publicación en redes sociales, Barthel describió la temática principal de Ceremony como el “cuidado propio”, así como la vida después del suicidio y la búsqueda de salir de un “ciclo interminable de amor y pérdida”.
Un momento en que los héroes de Barthel partieron uno a uno inspiró el tema “In A Spiral”. Los suicidios de figuras de la música como Chris Cornell y Chester Bennington, así como las muertes también de Dolores O’Riordan, Mac Miller y Scott Weiland tuvieron un impacto en su persona como una reacción en cadena de tragedias y malas noticias. “I can see the end is coming round / better help me now, I’m going down”, parece una llamada de auxilio evidente.
Vale la pena mencionar que Billy Corgan de The Smashing Pumpkins, quien ha expresado su admiración por la banda anteriormente, tiene un crédito de coescritura en el tema “Into Happiness”, pero sobre todo brilla en el tema “Love Me Now” con un solo de guitarra, no usual en la música de Phantogram, pero que sin embargo levanta este tema y lo salva de ser uno más del montón.
Mención aparte merece “Mister Impossible”, por mucho el tema más memorable e infeccioso de Ceremony. Con sus trompetas de sintetizador y vibra entre sensual y misteriosa bien podría ser un tema Bond y destaca también la forma en que se complementan las vocales de ambos integrantes de la banda. El personaje en cuestión parece ser una especie de mago o deidad al cual el narrador pide iluminación.
“Let Me Down” con sus bajos profundos y sonido rock electrónico nocturno bien podría encajar en el Ultra o el Playing The Angel de Depeche Mode, mientras que “Gaunt Kids” tiene la huella de Trent Reznor en su sonido frío y que brinda una sensación de claustrofobia, excepto en su puente donde se transforma en una canción más luminosa y nostálgica.
Describiría a “Pedestal” como una canción de amor agridulce con influencia de Santigold, mientras que “News Today” es el tema más bajado de decibeles, con una duración de apenas dos minutos parece un pequeño interludio de instrumentación minimalista y cuya letra es un llamado al fantasma de alguien que partió y que deja un gran vacío.
La canción titular cierra apropiadamente el álbum en una nota melancólica pero que va aumentando los decibeles y la intensidad como un remolino que busca arrasar con todo a su paso a través de sonidos de cuerdas, notas flotantes de sintetizador y una guitarra eléctrica que juntos nos remontan a Mogwai o a Godspeed You! Black Emperor.
Si tuviera que describir Ceremony en pocas palabras, algunas que me vienen a la mente son: caótico, turbulento, críptico, nostálgico, dramático y gris. Pero esto no es melancolía destructiva al estilo sereno de The Antlers o The National, sigue siendo muy en su núcleo el Phantogram que vive en la frontera entre el rock y el electropop movido que hemos conocido desde Eyelid Movies.
Hasta ahora Ceremony suena como todo un viaje emotivo, el problema es que no me enganchó sino como hasta la quinta escucha, cosa que no pasó con sus dos excelentes predecesores: Voices y Three. En estos encontré una oscuridad aderezada por ganchos y melodías pegadizas, es en esto último con lo que tropieza este nuevo disco que a comparación suena más monótono, gris y por lo tanto su trabajo menos memorable a la fecha.
Aún cuando es eclipsado por sus predecesores puede resultar una escucha agradable para quien ya es fan de Phantogram y es apenas suficiente para satisfacer la espera de cuatro años entre discos, eso si estás dispuesto a darle suficiente tiempo para digerirlo cuando tienes un abanico tan grande de música por escuchar.