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Gonna Go! / 2021
Muchas veces se habla de la música como una especie de lienzo, donde quedan grabadas emociones, texturas y discursos. Es impresionante ver como los artistas en diferentes géneros logran catapultar ideas y plasmar de una forma tan precisa lo que sea que tienen planeado, y aquí la pregunta es ¿Cómo plasmar la energía?. Se cree sencillo, ya que siempre hay música que tiene un impulso y es veloz, pero cuando hablamos de energía, esa suerte de luz y destellos eléctricos que imaginamos al escuchar la palabra no podemos dejar de mencionar a Peces Raros, que en su nueva placa llamada Dogma lo logra.
La banda argentina desde sus orígenes siempre ha apostado por romper esa barrera entre el rock y la música electrónica allegada al tecno. Y si hacemos una retrospectiva cinco años atrás, cuando salía Parte de Un Mal Sueño con aquellas mezclas de indie, un sample agresivo de Justice y mucha violencia sonora, nos damos cuenta que con el paso del tiempo Peces Raros ha sabido consolidar y madurar sus ideas para que Dogma sea su álbum más sólido hasta la fecha, sin quitar mérito a los anteriores que igual son muy buenos.
Dogma es un álbum que opera de forma muy especial. A diferencia de otros registros donde sin duda prevalece el espectro roquero, la banda se acerca más a los caminos electrónicos a través de capas de sintetizadores y cajas de ritmo interesantes, donde toma protagonismo una serie de voces misteriosas y coquetas con la timidez. La gama de texturas es para dejarse estimular los oídos, y en buena parte es gracias al trabajo en producción, mezcla y master de personas como Juan Stewart, Javier Fracchia y Lamadrid.
Al escuchar Dogma no puedo dejar de pensar en la evolución musical de Peces Raros. La agrupación ha sabido combinar en esta placa la energía de álbumes anteriores con toques elegantes y detalles minimalistas novedosos, y si bien, este nuevo disco no es precisamente el más explosivo de la banda, si que es probablemente el más sólido canción por canción.
Tiene una apertura bestial con "Cicuta" y "Fabulaciones", temas que destacan por sus beats fluidos, así como el emparejamiento de guitarras con arpegios de sintetizadores que mezclan el ruido con la elegancia. Entonces el resultado nos da a entender que Peces Raros no es una banda suave, más bien es rock con electro intenso para romper la pista de baile y el escenario. Es Justice, Disclosure, Babasónicos y Charly García al mismo tiempo.
A lo largo de Dogma la agrupación sabe meter el freno para matizar y, de algún modo, darle un sentido un tanto cinematográfico al álbum. "Antes de Que Nos Despierten" y "Reliquia" son canciones que te hacen esperar para escuchar satisfactorios desenlaces, donde cada elemento sonoro entiende su momento de brillar y tiene bastante orden. Cierra la primer mitad con "Infieles", un corte un poco más minimalista, donde de algún modo se siente más compacta la banda y nos ayuda a encontrar una trama emocionante que va de menos a más.
"Insuficiente" es la canción enérgica con la que abre la segunda parte, y a partir de aquí la banda experimenta con silencios, cambios de ritmo y acercamientos a otros géneros, temas como "Misceláneas" y "Espora" aspiran a otra cosa y celebran de algún modo el desapego con el electro para mostrar una cara de la banda que se acerca al R&B y al mismo tiempo es oportunidad para relajarse y encontrar otro sentido.
Rumbo al final aparece "Luz del Sol", una última estocada roquera llena de bajos contundentes y sintetizadores sublimes para dejar un cierre climático y épico. El aprovechamiento de silencios y un uso brutal de armonías llenas de altibajos podrían representar el momento más emotivo del álbum. Dogma cierra con "Aluminio", una pieza sensible que te deja completamente perplejo gracias al uso de sintetizadores y un beat suave, que permite a la voz aportar un canto que suena a himno.
A todo esto, ¿Qué es un dogma y por qué nos aferramos tanto a aquellas cosas en las que creemos?. Me gusta pensar que siempre hay algo en nuestro instinto, que nos hace atesorar esas cosas que la vida nos ha hecho ver como verdades. Si lo pensamos, más allá de hacernos dividir, los dogmas tienen un lado hermoso, ya que logran impactar en la vida de las personas para siempre, se adentran en nuestra humanidad y nos dan un motivo para seguir en este mundo donde todos pretendemos tener razón.
Peces Raros tiene en sus letras una poética bastante rica, que de muchos modos es bastante humana. La agrupación argentina aprovecha en Dogma para dejar anécdotas que rozan el dolor, el miedo y al mismo tiempo la esperanza que nos deja el amor pese a los golpes, así como el mundo de las sombras que nos persiguen, esa especie de pasado imborrable que está a nuestro costado. Al final, y pese a cualquier interpretación que pueda hacer, las canciones de la banda gozan de un lenguaje rico, que el escucha puede asimilar a su forma e impresionarse palabra a palabra.
Por último, Dogma es un disco para retarse a si mismo, para escalar en una montaña de sonidos que parecen imposibles, ya que te hacen llegar al extremo pero sin perder ese sentido estético vanguardista. Peces Raros se consolida como un proyecto independiente que tiene las herramientas sonoras necesarias para volar cabezas y para reinventar esa idea conservadora que se tiene de lo que debe ser el rock.
Si estás dispuesto a escuchar algo nuevo, que cambie los paradigmas que tienes de la música, seguramente Dogma de Peces Raros es la opción. Te invitamos a darle play a continuación.