Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
8
Rough Trade / 2021
Hay que agradecer la existencia de una banda como Parquet Courts. Desde su gestación en 2010, el prolífico cuarteto le ha devuelto la vitalidad eléctrica a los actos oriundos de Nueva York con su filoso estilo de rock ansioso, letras enigmáticas y cínicas y acertada producción. Son un blitzkrieg musical, llevándote por cada calle profana de la Gran Manzana y haciendo paradas en cada bar ruidoso para invitarle tragos a todos, para después terminar la velada en lo alto de un edificio, admirando la decadencia luminiscente de la ciudad que nunca duerme.
En 2020, el año en que esa y el resto de las ciudades del mundo durmieron, el grupo liderado por Aaron Savage pospuso el lanzamiento del nuevo material compuesto y armado. A diferencia de otros discos que denotan la clara influencia de la desidia provocada por el COVID-19, Savage se dio a la tarea de trabajar más en sus canciones y sumergirse de lleno en el proceso de post-producción —tanto en las canciones individuales como en el concepto artístico y conceptual del disco en sí— para darle una nueva vida al proyecto. Se pusieron a destrabar las cloacas llenas de krautrock y synth pop que sonaban fuerte en su ciudad natal durante los años setenta para inspirarse y nutrirse. Esto, sumado a resaltar el deseo colectivo de volver a pasarla bien a través de la música, dio como resultado Sympathy for Life.
El optimismo y la curiosidad empiezan desde la primera canción, “Walking at a Downtown Pace”, que hace alusión a una vida en cautiverio y las ganas de regresar no solamente a enfiestar y socializar, sino a tener simplemente las elecciones de salir a ver una película o a un encuentro romántico. Las posibilidades hedonísticas que ofrece lo urbano se manifiestan en la forma de “Black Widow Spider” y “Plant Life”, mientras que el descontento por la vida moderna y ver que realmente nada ha cambiado mucho lo lamentan “Just Shadows” y “Homo Sapien”. “Zoom Out” hace ver lo ridículo que es todo en el gran esquema de las cosas, mientras que el glorioso y melancólico cierre es “Pulcinella”, en donde Savage va revelando capa a capa la vulnerabilidad debajo de su desenfado.
Quizás es una coincidencia extraordinaria que lanzaran su disco más bailable justo cuando el contacto humano está retornando paulatinamente a la normalidad. Se nota la catarsis no solamente en la honestidad inusitada de las letras de Savage, en la instrumentación poco convencional o en la rimbombancia sonora que viste cada tema, sino en la sensación provocada por escuchar todo lo anterior en un conjunto y poder decir “ya casi salimos de esto. Ya podemos bailar”. El disco no solamente funciona como un compendio de todas las emociones por las que hemos pasado a lo largo de la pandemia, sino también es una especie de manual para regresarnos al mundo, social y musicalmente. Y por eso seguimos agradeciendo la existencia de Parquet Courts. Si eso no demuestra simpatía por la vida, entonces no sé qué sí.