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Domino / 2018
Es una especie de buena suerte tener activos a los miembros de Animal Colletive tan seguido. Si no es lanzando un disco nuevo en conjunto, es haciendo música para alianzas con marcas o produciendo discos en solitario que exploran todas las virtudes del grupo por partes. Diseccionar las diferentes etapas y formas del colectivo es emocionante porque cada una de ellas tiene algo que ofrecer.
Y una de las más ambiciosas es la de Panda Bear. Cada uno de sus discos son un mundo aparte y cada uno arroja sorpresas no solo de su creador, sino del contexto en el que fueron creados. Su nuevo Ep es una curiosidad, una colección de canciones que podrían considerarse un apartado a una carrera impecable y, además, un regalo dirigido especialmente para quienes han estado ahí desde el inicio.
La prueba no está solamente en su decisión de editarlo únicamente en vinilo, un esfuerzo que en primera instancia premia a los fieles seguidores, sino también en el tipo de música con la que aquí experimenta. Las canciones se sienten llenas de un entusiasmo sui géneris, un lado de Noah Lennox poco conocido hasta hoy y a la vez una ligera remembranza al AnCo más cariñoso. No mala manera de presentar un EP cuyo nombre pareciera un shout out a una audiencia que siempre se mantiene cercana a él.
Sin embargo, esa presentación no dice mucho, pues el verdadero contraste se encuentra en las letras que Lennox recita. Con una voz casi divina, y después de “Flight” que pareciera un “Let’s Go Surfin’” contemporáneo, todo se torna más oscuro en los versos. “Stop making it about your shit. We’re all gonna be six feet in the coldest ground” recita en “Part Of The Math”, “I’m a rip in a fantasy, so are you” en “Shepard Tone” o “And we only got outselves to blame” en “Sunset”.
Para alguien que hace el equivalente a la llamada observational comedy en música, son palabras que remiten a su estado más humano. Como Young Prayer antes de esto, Lennox se muestra cercano al escucha pero de manera diferente a su Panda Bear Meets The Grim Reaper hace unos años. Más libre (una ventaja de cualquier EP) y más familiar. He ahí el regalo más valioso para un séquito de fans que siempre han estado ahí.