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Mute Records / Casete México / 2015
Ya sé, muchos dirán que sin Peter Hook, New Order no es lo mismo y que la banda no tiene opciones de regresar a su calidad original. Bueno, lo mismo dijeron cuando Ian Curtis murió. Pero Joy Divsion reencarnó y se convirtió en una de las agrupaciones más influyentes de la década de los 80 y parte de los 90.
Diez años han pasado desde que los originarios de Manchester lanzaron su último material Wating for the Sirens’ Call. La expectativa es grande, no solo por el tiempo transcurrido sino por el hecho que es una banda legendaria y los reflectores siempre estarán sobre sus integrantes, y más, cuando uno de sus fundadores ha abandonado el barco y decidió abordar el propio, para navegar por mares distintos.
“Restless”, canción ya conocida por todos abre el disco, dándole un toque rockero que recuerda al sonido de su ciudad natal así como a bandas actuales que a su vez se vieron influenciadas por ellos. Digamos que el círculo se completa.
“Singularity” engaña al oído, por un momento suena a Joy Division, con atmósferas y un bajo dominante. Todo esto se acaba al explotar la canción pues se convierte en un techno clásico de la banda, nada especial.
Lo especial llega con el tercer track, “Plastic” que, a pesar de mantener la misma tónica que el anterior incluye un par de detalles que la hacen resaltar. El primero es el agregado en la voz de Elly Jackson (La Roux) que sirve de segunda voz y hace un bello contraste con los graves de Bernard Sumner. El segundo es la letra, que critica a las personas superficiales siguiendo un discurso punk: “You’re so special, So iconic”. La participación de Elly continúa durante dos canciones más aunque ninguna de ellas resalta tanto como la primera.
Otro invitado es Iggy Pop, que hace de narrador durante “Stray Dog”. Es un giro a un disco que hasta ese momento está dominado por los sintetizadores y los beats bailables.
Para el resto del disco regresan al sonido inicial, obvio con matices. Desde “Nothing But a Fool” que suena más new wave, hasta “Unieran This Hatred”, que te lleva a las pistas de baile de las “discos” ochenteras. “Academic” y “The Game” navegan entre una y otra.
Para cerrar guardaron lo más comercial. “Superheated” cierra el círculo regresando al sonido de “Restless” pero agregando a Brandon Flowers, lo que le da, aún más, el toque moderno a la canción y logra conectar un par de generaciones encontrando un punto medio entre ambas.
Music Complete tiene puntos buenos y malos. Lo bueno es que la banda intenta algo nuevo, sin dejar de lado sus viejos beats. Lo malo es que en el intento hay tracks que parecen repetirse. Digamos que tuvieron algunas ideas pero desarrollaron varias melodías alrededor de un mismo sonido sin terminar de arriesgarse del todo, como si no tuvieran la soltura necesaria. Aún así, es un buen disco que no decepcionará a sus fieles seguidores.