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Arts & Crafts México / 2015
"¡Bajen a ese hispano!", gritaba un chico que no parecía disfrutar el set que Alan Palomo, entre fallas técnicas y un retraso de algunos minutos, presentaba en 2012 en el escenario del Bizco Club del Corona Capital. Sobre el escenario, el nacido en Monterrey ofrecía disculpas y presentaba temas del trabajo que le había dado razón de moverse por el globo, Era Extraña.
Lo que cuestionaba el chico —razón aparte si es relevante o no para el propio Palomo, pues como dijo en la entrevista que tuvimos con él, si el disco tiene éxito o no, "le vale madre"— era el decantamiento por la saturación de atmósferas en el set. Tres años después de esa presentación, Neon Indian logró lo que muchos intentan y simplemente no pueden: un álbum redondo, revolucionando su esencia.
VEGA INTL. Night School es la pieza perfecta en el marco estético sonoro marcado por el propio músico. No le sobra, no le falta; hay propuesta e intención; tiene emociones surgiendo en cada tema; tiene cadencia y variante de ritmos; es una producción pulida y quizá lo más trascendente, es la reinvención del sonido que él mismo propuso en sus trabajos previos.
Nos referimos al replanteamiento de los sintetizadores rugosos y ambientaciones vibrantes (Era Extraña) junto con lo psicodélico y aceitoso (Psychic Chasms) de sus atmósferas mezcladas con el funk, y la antiestructura pop en 13 temas que te llevan a fronteras inciertas y terrenos inhabitados.
Palomo tardó cuatro años en aparecer en el circuito musical con material nuevo y, citando nuevamente nuestra entrevista, lo hizo hasta que sentía que tenía algo que contar. Esta historia tiene como precuela el disco, el rock psicodélico y el shoegaze, aquello que han llamado “chillwave” y que, si en esos términos hablamos, VEGA INTL. Night School es la obra que deberían escuchar quienes se fascinan con esa combinación de géneros. Estamos ante —no dudarán en reconocerlo— la obra maestra del año, cuya mitad del nombre (Vega) viene del proyecto paralelo de la única cabeza de Neon Indian, y la otra mitad (Night School), que según el propio Alan es cualquier lugar a donde vas a establecer un contacto social de noche. “Lo que conozco de la naturaleza humana proviene de las horas posteriores a la oscuridad, la gente es más honesta, más libre.”
Temas alucinantes como "Slumslord","61 Aygi Ave","C’est la vie" y "Baby’s Eyes" —este de una belleza nostálgica— vienen después de Era Extraña; después de la oscuridad, cuando nosotros, analfabetas emocionales, vamos a la escuela nocturna.
Es cierto que Neon Indian no es el primero que rompe las canciones y les introduce fragmentos que no "irían" en una composición tradicional, pero sí es de los pocos que ante la experimentación saca una gama diversa de emociones fragmentadas. Nos toca salir de noche a recopilarlas...