9
Ineffable / 2019
15/Jul/2019
Escuchar música es una actividad imprescindible para la gran mayoría de la gente de nuestros tiempos, pero ha mutado de ser una actividad en sí misma a ser un proceso complementario a las tareas del día a día. Es fácil buscar música que nos ayude a concentrarnos mientras la escuchamos de fondo sin apenas prestarle atención. Triste, ¿cierto? Afortunadamente, las generalizaciones suelen estar erradas y hay excepciones sustanciales que proponen que el paradigma es otro: la música sigue siendo importante.
Pensaba en todo esto al tiempo que escuchaba por quinta vez el A Shot Of Universe (EP) de Naked Geometry. El corta duración obra del productor y músico mexicano es una oda a los tiempos modernos y un respiro entre la corriente de sonidos masificados. Suena a cliché, pero no deja de ser cierto. Cada uno de los track en este EP está construido de una manera tal que los sonidos son tan sutiles y naturales que podrían, fácilmente, pasar desapercibidos; pero la forma en la que están puestos uno sobre otro, la armonía que despiertan al sonar en conjunto, eso, hacen que no sea sencillo obviar lo que estás escuchando.
La primera escucha fue interesante: cuando empezaba a sonar “Before My Eyes” la sensación de estar bajo los influjos de un somnífero eran tan fuertes que incluso mi cabeza comenzaba a alucinar pequeñas imágenes de vigilia. Para cuando terminaba “Wordless”, parecía que apenas amanecía y quería comenzar el día con tanta energía como si hubiese dormido los últimos dos años. Lo sé, tal vez exagero… pero tampoco estoy mintiendo. Cada sonido, cada textura, cada beat en el EP provocaban que quisiera seguir escuchando y experimentando cada una de las sensaciones que, estoy casi seguro de que está construido intencionalmente así, el disco me invitaba a experimentar.
Los dos tracks que unen el principio y el final son “Visions” y “Gon Miss Ya”. El primero es un tema bastante tranquilo, pero que no deja de tener su propia complejidad. Sonidos frescos y una atmósfera más R&B que el resto de tracks, se sienten idóneas para una tarde fría. Vocales de fondo, un sintetizador armonizando en todo momento y hi’hats acompasando los más de tres minutos que dura el track me dejaron en un estado de introspección muy fuerte. Con “Gon Miss Ya” la historia es totalmente diferente. Un hint a jazz y la sensación de estar escuchando un tema de lo-fi al uso se complementan con los sonidos cálidos del sintetizador que son utilizados por momentos y los metales que se escuchan a mitad del track, simplemente magnífico.
El EP como pieza completa es un viaje lleno de nostalgia e introspección, un caminar entre distintas atmósferas sonoras y sentimentales que evocan imágenes muy particulares. Fue una sorpresa totalmente grata escuchar el trabajo de Naked Geometry, una que difícilmente será igualada, pues más que escuchar música el resultado de mi interacción con su A Shot Of Universe (EP) fue una experiencia que logró conectar con mis emociones más puras. Es un disco que se puede escuchar en cualquier momento, pero que no se pierde en un segundo plano. Un trabajo tan interesante como sencillo y que nos abre los ojos a un sonido fresco y propositivo.
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8
Domino Records / 2019
12/Jul/2019
¿Cómo definimos un mixtape hoy en día? Sus orígenes datan de los años 80 y consistían en una compilación casera de música grabada en un cassette, un CD o, posteriormente de forma digital en los distintos servicios de plataforma que tenemos hoy en día. Todas las canciones que la integran tienen un hilo conductor que puede ser un tema en específico o ritmos similares. En la actualidad, la cultura del hip hop y R&B ha adoptado el nombre para el lanzamiento de material nuevo o restante de discos formales de manera gratuita, muchas veces para evitar temas de derechos o simplemente, por el mero gusto de la colaboración.
Dev Hynes, mejor conocido como Blood Orange, pareció haber jugado un poco con la definición y prefirió acuñar el nombre para su nueva colección de canciones, Angel’s Pulse, en vez de simplemente decirles “Lados B” o “demos.” Esto viene a colación porque su nuevo compendio de temas son ideas de su último álbum, Negro Swan, que se quedaron en el tintero o no tan desarrolladas como el autor quisiera. Y en vez de sonar a relleno o resultados medio cocinados, como los experimentos que ha sacado Drake, todo lo que escuchamos aquí si tiene la sensación de sonar a un disco formal y robusto, prueba de que hasta el respaldo creativo de un genio como Hynes se encuentra a años luz de “discos bien” de sus contemporáneos.
La primera parte es casi un juego, en donde empieza a calentar y a flexionar sus músculos vocales y rítmicos. “I Wanna C U” y “Something to Do” suenan a ensayos consumados, en donde su voz respeta los espacios musicales y le da más fuerza a los tenues y sensuales sintetizadores y beats de fondo. Toro y Moi se le une como invitado en la tercera canción, “Dark & Handsome”, donde la cosa se vuelve más funky y se nutre de los estilos de ambos artistas, en vez de opacar. Cada bajo y guitarra gozan de sutileza, y cada verso tiene razón de ser.
Los temas que aborda en las letras no se deslindan mucho de lo que nos tiene acostumbrados: amor, añoranza, despecho y soledad. Quién mejor para acompañarlo que Tinashe, quien ha logrado recientemente una sólida carrera como una de las cantantes más interesantes y versátiles del R&B justo por cantar acerca de eso. Su presencia en “Gold Teeth” y “Tuesday Feeling” le da los toques melancólicos perfectos a los procedimientos. Mismo caso para Kelsey Lu y Justine Skye, quienes le dan una personalidad urbana muy pulcra a “Birmingham”, “Good For You” y “Take It Back”. Porches también figura entre la respetable lista de invitados, con su sello de indie pop curioso y texturizado en “Berlin”.
La brevedad es parte del encanto en este disco. Los trazos expertamente marcados y el hecho de que cada canción conecta para seguir a la otra provocan una noción de que todo lo que escuchamos es una sesión de jammin' sin fin, donde los artistas vienen y van a través de puertas movedizas y Hynes cambia de humor como de teclados, a veces yendo de una tierna balada a un hip hop fresco y carnal. Todo puede sonar a algo muy típico de Blood Orange, pero aquí escuchamos una fluidez y coherencia que quizás faltaban en algunos espacios de Negro Swan. Si solo fue un vistazo al baúl de tesoros de Blood Orange, no nos pesaría que los siguiera lanzando con cada disco oficial. Vamos, los puede seguir bautizando como mixtapes y servirían para innumerables propósitos.
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