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Sub Pop Records / 2018
Estamos viviendo tiempos muy extraños, con nuestro planeta en números rojos, una constante amenaza nuclear, decadencia moral y la superpotencia mundial liderada por un loco racista que no cree en el calentamiento global. Este es el futuro que temíamos y parece que nadie se ha dado cuenta, o que prefieren vivir bajo la falsa idea de que estamos bien. Pero la banda de Washington está consciente de lo que está pasando; aunque no puede solucionar el problema, por lo menos lo va a exponer.
Iniciamos con “Nerve Attack”, un track que llama la atención, pues el grupo no se mete en discursos políticos, como había prometido para Digital Garbage. Este más bien parece un agradecimiento a sus fans, con el sonido clásico de la banda y una línea de bajo que te transporta directo a la década de los años noventa.
Es en “Paranoid Core” cuando Mudhoney cumple las expectativas de este disco, plasmando su visión sobre la actualidad. Una de las grandes preguntas que rodeaban este material era cómo la banda iba a expresar su descontento; la respuesta es con imágenes bizarras y satirizando todo el contexto. El racismo, la inmigración y campos de concentración se presentan bajo un sonido proto-punk.
“Please Mr. Gunman” mantiene el estilo, pero aborda un tema más específico: los tiroteos. Ninguno se salva en este track, pues hace referencia a la masacres en la iglesia de Sutherland Springs; las decenas de matanzas en escuelas, e incluso la balacera del club gay de Orlando. La manera tan cruda en la que se habla de estas tragedias podría parecer ofensivo, pero es más ofensivo no hacer o decir nada.
La creatividad de Mudhoney explota en “Kill Yourself Live”, pues no llevan el tema de las redes sociales a otro nivel. No solo hablan de la decadencia moral que puede provocar la búsqueda de la fama, también invita a que la gente se atreva a morir en vivo por unos cuantos likes, para que todos te puedan ver en sus pequeñas pantallas.
Comparado con su predecesor, “Night and Fog” luce como un tema demasiado sencillo, sin dirección, algo que pudo surgir durante un jamming en el estudio. Toda la composición es insustancial, pero que la letra carezca de sentido directo hace que perdamos el ritmo.
“21st Century Pharisees” nos pone de regreso en el camino, pero no devuelve la esencia de los primeros temas de Digital Garbage. La canción tiene un título engañoso, pues no habla de los Fariseos, sino del fariseísmo, que es la hipocresía o falsedad de aquellos que creen en la recompensa eterna. El único problema aquí es que la hipocresía religiosa no es una cuestión única del siglo XXI.
En “Hey Neanderfuck” volvemos a tropezar y de peor manera. En lugar de un discurso político y social, la banda nos entrega un sencillo sin propósito y con falta de coherencia. Es como si hubiera metido todas las ofensas que se les ocurrió en ese momento y las puso en diferentes versos. Mudhoney perdió el objetivo por completo.
Para “Prosperity Gospel” ya está perdido el sentimiento, uno se desencanta con facilidad. Sin embargo, ya hay mejores intenciones. Tenemos un track abrasivo, dinámico y que critica a una sociedad que solo se preocupa por cumular fortunas.
A primera vista los últimos temas: “Messiah's Lament” y “Next Mass Extinction”, prometen mucho. El título y los versos iniciales pueden avivar el interés de cualquiera, pero solo tenemos eso. La canción se vuelve repetitiva e incongruente. El disco de Mudhoney, en lo colectivo, ya es un fracaso, pero todavía se salva en lo individual.
Es muy común que en un álbum tan deliberado se pierda la idea original, pues pueden haber muchos factores detrás: apuraciones, falta de presupuesto, presiones o ansiedad por terminar. Pero Mudhoney, con este disco tan especial, tuvo que tomarse su tiempo o hacer algo conceptual. Sin duda, aquí hay un par de éxitos que le vendrán bien a la banda, pero desperdiciaron una gran idea.