4
BMG / 2019
27/May/2019
Desde hace tiempo, los fans del ídolo de Manchester estamos a la espera de un material digno, que rectifique el camino musical del británico y nos haga olvidar todas las polémicas que lo rodean. Con el anuncio de un disco de covers el cantante deja claro que no tiene intenciones de complacer a nadie y hasta pareciera que está bajando los brazos, pero las sorpresas se pueden encontrar en cualquier lado y la libertad que conlleva este material puede ser justo lo que necesitan Moz y sus fieles seguidores.
En la mayoría de las ocasiones, un disco de covers es un triste intento por reactivar una carrera comercial, un fan service cuya única intención es llamar la atención. Como lo hizo Weezer a principios de este año, luego de ver que su interpretación de "Africa" de Toto les generó más ganancias que sus últimos sencillos. Sin embargo, en el caso de Morrissey se ve más como una invitación a conocer sus influencias y hacerle un homenaje a aquellos músicos que lo formaron. Cualquiera sabe lo improbable que es lograr un éxito versionando a Gary Puckett y Phil Ochs.
Iniciamos con "Morning Starship" de Jobriath. La canción fue una buena elección y funciona gracias a que Moz la aborda desde la grandiosidad y con intenciones solemnes, Ed Drust tiene mucho que ver con eso. El artista británico es un gran fan y conocedor del movimiento glam y bien pudo tomar algo de David Bowie o Marc Bolan, pero al británico le encanta darle valor a los olvidados.
El disco sigue con cartas fuertes, ahora con "Don't Interrupt the Sorrow" de Joni Mitchell. No hay arreglos ni cambios notables, es una canción difícil y que no se adapta a la voz de Morrissey. Ariel Engle, de Broken Social Scene, participó en el tema, pero después de las recientes declaraciones del cantante, expresó su arrepentimiento por participar y se le quitó el crédito.
En realidad, muchas de las canciones no logran funcionar por las vocales tan intransigentes de Moz y su rechazo a hacer modificaciones. El músico se quiere meter en la piel de sus héroes y se entiende, pero ese deseo no siempre marcha a su favor. Ejemplo de eso también es "Only A Pawn In Their Game" de Bob Dylan, ya que el estilo tropezado del trovador de Duluth no va con las maneras del británico.
Aunque uno no quiera tomar en cuenta las ideologías políticas de Morrissey y separar al artista de su trabajo, en ocasiones el cantante nos lo hace imposible. Hay temas que en verdad incomodan, como "Days of Decisions" de Phil Ochs, pues cantante se pone en los zapatos de una de las figuras más importantes de la música de protesta y tergiversa su mensaje para darle validez a sus opiniones.
Canciones como "Lenny's Tune" de Tim Hardin y "Lady Willpower" de Gary Puckett van más con Moz. Pero sorprendentemente, vemos al cantante en su mejor versión con "It's Over" de Roy Orbison, "When You Close Your Eyes" de Carly Simon y "Lady Willpower" de Gary Puckett. El músico se muestra grandilocuente y artero con estos temas.
California Son puede parecer un disco que solo toma un lugar en la discografía del músico británico y que solo lo comprarán aquellos que quieren tener completa su colección, pero hay algunos tracks rescatables y que sin duda podemos disfrutar. También no se necesita ser un fan conocedor para encontrar el valor de estos temas específicos.
Cuesta aceptarlo, pero en general el nuevo álbum de Morrissey es un material que desagrada y decepciona, un puñado de canciones no son suficientes para salvar este disco y será difícil que nos quite el mal sabor de boca.
10
Suicide Squeeze Records / 2019
24/May/2019
Qué bien le hizo el descanso que se tomaron en 2018 las chicas de The Coathangers; pues ahora volvieron mucho más contundentes (nunca dejaron de serlo) pero ese receso les ayudó a sedimentar su espléndido punk. Ideas, letras, música, espíritu y energía. Todos esos elementos que palpables o no, se sienten y empujan en cada una de sus canciones. Ahora volvieron con “solera”, se diría en términos de otras artes.
Pero volvamos un poco atrás, este trío comenzó a tocar en el lejano 2006 en Georgina. Se dieron a conocer en sótanos, fiestas alternativas y salas de casa. Uno podría desconfiar de una banda punk que tiene ambiciones más allá de tocar para un grupo reducido de gente, para sus amigos; pero es que The Coathangers jamás abandonó el espíritu de la música de los sótanos. El éxito internacional les vino sin pedirlo y ellas buscan hacer ese sótano en cualquier lugar donde suenen. Lo mejor de todo es que lo consiguen.
Su disco The Devil You Know está atravesado por esa “solera” que he mencionado y además, integra arreglos que suenan muy frescos, revitalizantes. Éste es un álbum que brilla con todos sus estoperoles y esa luminosidad apunta hacia el futuro. Las letras hablan de desamores, vagabundos, destructores y destruidos. Todo en un ambiente crudo y energético que obliga a bailar.
El primer tema, “Bimbo”, nos recibe con una voz casi dulce y controlada que nos sorprende, además de unas guitarras bien características de ese nu pop que sigue vigente desde Toronto hasta la Patagonia (Alvvays o Las ligas menores, solo por mencionar dos grupos). Pero de pronto la cantante y guitarrista Julia Kugel se une con la voz de la baterista Stephanie Luke y la voz de la bajista Meredith Franco para recordarnos que éste grupo viene del punk y de las voces más desafinadamente hermosas del nu pop. Sin dudas, uno de los temas más sorprendentes y geniales de éste disco.
Pero la contundencia sigue “5 farms” y “Crimson Telephone”, donde en verdad suenan densas gracias a todo el componente estruendoso y contundente de las guitarras, la batería como pisadas de gigante y las voces que pasan de lo suave hasta los gritos más guturales. En “Step Back” logran un magnífico contraste entre la voz más soft y las guitarras pesadas.
“Last Call”, el noveno tema de ésta redonda placa, muestra la capacidad musical del trío, que ya ha declarado. “Nuestra fuerza combinada es mucho más poderosa que nuestros poderes individuales, lo cual es cierto para nosotros como grupo y más para nosotros como comunidad y sociedad”. Aquí todo suena hermosamente desarreglado.
Así llegamos al final del tobogán sonoro. “Lithium” es la última canción y no tiene nada que ver, musicalmente hablando, con las 10 canciones anteriores. Éste es un tema tranquilo, de voces que vienen de ¿un sueño bonito?, ¿una sobredosis de pastillas? Una atmósfera de paz inducida luego de enfrentarse al demonio que ya conoces.
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos