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BMG / 2019
Desde hace tiempo, los fans del ídolo de Manchester estamos a la espera de un material digno, que rectifique el camino musical del británico y nos haga olvidar todas las polémicas que lo rodean. Con el anuncio de un disco de covers el cantante deja claro que no tiene intenciones de complacer a nadie y hasta pareciera que está bajando los brazos, pero las sorpresas se pueden encontrar en cualquier lado y la libertad que conlleva este material puede ser justo lo que necesitan Moz y sus fieles seguidores.
En la mayoría de las ocasiones, un disco de covers es un triste intento por reactivar una carrera comercial, un fan service cuya única intención es llamar la atención. Como lo hizo Weezer a principios de este año, luego de ver que su interpretación de "Africa" de Toto les generó más ganancias que sus últimos sencillos. Sin embargo, en el caso de Morrissey se ve más como una invitación a conocer sus influencias y hacerle un homenaje a aquellos músicos que lo formaron. Cualquiera sabe lo improbable que es lograr un éxito versionando a Gary Puckett y Phil Ochs.
Iniciamos con "Morning Starship" de Jobriath. La canción fue una buena elección y funciona gracias a que Moz la aborda desde la grandiosidad y con intenciones solemnes, Ed Drust tiene mucho que ver con eso. El artista británico es un gran fan y conocedor del movimiento glam y bien pudo tomar algo de David Bowie o Marc Bolan, pero al británico le encanta darle valor a los olvidados.
El disco sigue con cartas fuertes, ahora con "Don't Interrupt the Sorrow" de Joni Mitchell. No hay arreglos ni cambios notables, es una canción difícil y que no se adapta a la voz de Morrissey. Ariel Engle, de Broken Social Scene, participó en el tema, pero después de las recientes declaraciones del cantante, expresó su arrepentimiento por participar y se le quitó el crédito.
En realidad, muchas de las canciones no logran funcionar por las vocales tan intransigentes de Moz y su rechazo a hacer modificaciones. El músico se quiere meter en la piel de sus héroes y se entiende, pero ese deseo no siempre marcha a su favor. Ejemplo de eso también es "Only A Pawn In Their Game" de Bob Dylan, ya que el estilo tropezado del trovador de Duluth no va con las maneras del británico.
Aunque uno no quiera tomar en cuenta las ideologías políticas de Morrissey y separar al artista de su trabajo, en ocasiones el cantante nos lo hace imposible. Hay temas que en verdad incomodan, como "Days of Decisions" de Phil Ochs, pues cantante se pone en los zapatos de una de las figuras más importantes de la música de protesta y tergiversa su mensaje para darle validez a sus opiniones.
Canciones como "Lenny's Tune" de Tim Hardin y "Lady Willpower" de Gary Puckett van más con Moz. Pero sorprendentemente, vemos al cantante en su mejor versión con "It's Over" de Roy Orbison, "When You Close Your Eyes" de Carly Simon y "Lady Willpower" de Gary Puckett. El músico se muestra grandilocuente y artero con estos temas.
California Son puede parecer un disco que solo toma un lugar en la discografía del músico británico y que solo lo comprarán aquellos que quieren tener completa su colección, pero hay algunos tracks rescatables y que sin duda podemos disfrutar. También no se necesita ser un fan conocedor para encontrar el valor de estos temas específicos.
Cuesta aceptarlo, pero en general el nuevo álbum de Morrissey es un material que desagrada y decepciona, un puñado de canciones no son suficientes para salvar este disco y será difícil que nos quite el mal sabor de boca.