8
Because Music / 2019
Del frente inglés de música nacido a principios del nuevo milenio o en su primer lustro sobreviven pocas bandas, la mayoría ha palidecido frente a la difícil tarea de la reinvención, la constancia, el éxito desmesurado y el nacimiento de nuevas corrientes que opacan bajo una sombra a veces fuerte, a veces impulsada por la necesidad en la audiencia de lo inhóspito. Metronomy, el proyecto del autor Joseph Mount, cumple 20 años y ha sobrevivido dando tumbos con seis lanzamientos que, aunque musicalmente podría señalar como inestables, son lo suficientemente interesantes para mantener a flote un barco que ha navegado en el mercado de la autenticidad y la creatividad.
En su sexto álbum, Metronomy Forever, el autor Mount logra la solidez rítmica de la que carecen sus dos álbumes anteriores (Love Letters y Summer 08), las composiciones ambiciosas que no existen en sus primeros trabajos (Pip Paine y Nights Out), y se mantiene en el jugueteo de dance pop melódico que tanto lo ha caracterizado, sin alcanzar una pieza redonda y contundente como en su mejor obra, The English Riviera. De este trabajo se habla continuamente al referirse a la banda que también integran en directo Anna Prior, Oscar Cash, Olugbenga Adelekan, y el recientemente incluido de manera formal Michael Lovett, por su exquisitez en los sonidos y su efectividad inmediata.
Metronomy Forever es el álbum más extenso y ambicioso de un autor que ha querido crear un legado y construir una historia que se guarde más allá de los archivos digitales, que sea la marca del proyecto, pero en su extensión va perdiendo efectividad y la conexión inmediata que existe en The English Riviera. Lo segundo que termina por restar en lugar de sumar es el diferente rango de géneros y canciones que van desde un house hasta un pop anquilosado en una estética “indie” que se siente desatinada y en ciertos momentos desfasada. No se lograr concretar una idea.
La impronta de la banda está en cortes como “Lying Low”, “Lately”, “The Light” o “Sex Emoji” y “Walking in the Dark”, en donde más allá de la distancia que puede existir entre algunos de ellos guardan conexión por cierta excentricidad en los arreglos o la experimentación en las voces; mientras que la rítmica de “Whitsand Bay”, “Insecurity”, “Upset My Girlfriend” resulta, por sí sola, confusa. La pieza en conjunto se sostiene y transcurre naturalmente, los 17 temas forman una unidad, aunque sus partes no consigan el chispazo por sí solas. En su temática abunda una variedad de ideas, la masculinidad tóxica, las bodas que no suceden, la fraternidad, la frialdad del sexo sin compromiso, el amor y sus complicaciones.
La capacidad de Joseph Mount para contar historias en líneas brevísimas no ha disminuido. En “Insecurity” afirma que tiene una inseguridad cuando ella está cerca de él. “La tengo porque soy un hombre, creo que me está matando”. En “The Light” lo reafirma suplicando por ayuda. “Ayúdame a sentirme bien. Entiérrame vivo, porque entiendo que te detengo, pero solo soy un hombre, uno malo en eso”. El protagonista es consciente del machismo y de cómo este termina poco a poco su relación; en otra historia se ofrece para ayudar si en algún momento lo puede hacer (“Walking in the Dark”); y reconoce lo vulnerable que es únicamente viviendo de esperanzas aunque haga creer lo contrario, es el caso de “Sex Emoji”. “Amor, cariño, dinero, texto, emojis de texto, di que me amas (...) nena, juro que estoy bien, aunque me duela el corazón, aunque me duela el corazón”.
Metronomy ha sobrevivido durante 20 años por lo auténtico de su propuesta, su originalidad y su inventiva en la producción; veremos si eso mismo lleva a la banda al siguiente escalón, el de presentar el álbum que los deje dentro del marco de los clásicos. Metronomy Forever los acerca un poco más.
8
A Recordings / 2019
19/Sep/2019
La nueva reencarnación del dúo musical de Serge Gainsbourg y alguna femme fatale en turno, como Brigitte Bardot, está presente entre nosotros en la forma de Anton Newcombe, el polémico frontman de The Brian Jonestown Massacre y la famosa actriz francesa Emmanuelle Seigner, quienes hicieron equipo con Marie y Lionel Limiñanas (de The Limiñanas) para formar la banda L’Epée (la espada…en français!) y traer hasta nuestros días el 60’s psych garage yé-yé francés que Gainsbourg y compañía hicieron insufriblemente cool hace más de 50 años.
El álbum debut, Diabolique, ya está aquí e incorpora algunas tendencias más contemporáneas como el drone y el shoegaze a aquellos géneros vintage. Hay canciones como “La Brigade Des Maléfices” que se mueven a un ritmo hipnótico, pulsante, con una guitarra sexy salida de algún soundtrack de Morricone (o ¿acaso es alguna parte en el bajo por parte de Peter Hook?) que con el paso de los minutos se convierte en una rola bailable. El sabor de la India está muy presente en Diabolique, como en el número “Grande”, que incluye sonidos orientales como el sitar de la India y percusiones de mano, aunado a que la rola sigue el estilo hindú de apegarse principalmente a un solo acorde, adquiriendo la música una cualidad oriental que te hace pensar “esto estaría con madre para hacer yoga…si practicara yoga, en primer lugar”.
Diabolique es sexy y contemplativo, sí, pero ofrece sorpresas como la rebanada de pop sesentero norteamericano que es “Springfield 61”, una optimista brillante y llamativa canción con trompetas, campanas como percusiones, coros potentes como los mejores de Neil Diamond y mucho pinche pandero. Es refrescante entre lo chic y lo cool de Newcombe y Seigner, encontrar que no tienen miedo a experimentar en busca de la diversión.
Las influencias corren desde la auténtica “chica yé-yé” France Gall, The Velvet Underground hasta más modernas como Oh Sees y Warpaint; la temática puede ser a veces un poco espeluznante, como en “Dreams” que cuenta sobre una mujer siendo acosada por un hombre…hasta que ella decide comérselo vivo (las letras en su mayoría fuero escritas por Lionel Limiñana), y sería interesante preguntarle a Seigner como compagina cantar estas temáticas con el hecho que su esposo es el legendario acosador Roman Polanski, quién en 1978 fue encontrado culpable de haber violado a una niña de 13 años. En cuanto al título del álbum, es en tributo a la película de culto de 1968, Danger: Diabolik de Mario Bava.
El álbum debut de este nuevo proyecto es recomendable para satisfacer a los oídos con una producción agradable y sensual, es música cinemática y cálida para aliviar la distancia emocional de nuestros tiempos tan digitales e impersonales.
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