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(the) Melvins – Basses Loaded

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(the) Melvins – Basses Loaded
(the) Melvins – Basses Loaded

Ipecac Recordings / 2016

Artista(s)

The Melvins

El fuzz se va apagando.

Nada como empezar la mitad del año escuchando lo nuevo de Melvins. Tras 24 grabaciones de estudio y casi tres décadas de acordes bizarros y poderosos, Roger “King Buzzo” Osborne y Dale Crover lanzaron su nuevo álbum de estudio Basses Loaded para demostrar que la banda no cesará su carrera por un buen rato. Grabado en Ipecac Recordings y lanzado el pasado tres de junio, el dúo presentó un disco que ilustra su impredecible humor ácido en cada canción.

El título tiene mucho que ver con la forma de grabación. Anteriormente, anunciaron que tendrían a seis bajistas tocando diferentes rolas, los cuales son Krist Novoselic, Trevor Dunn -Mr. Bungle y Fantomas-, Jeff Pinkus -Butthole Sufers-, Jared Warren -Big Business y Melvins-, Steven McDonald -Redd Kross- y Dale Crover, quien le rolaría la batería a Mike Dillard. No será la mejor producción que Melvins pudo ofrecer, pero lo respalda el verdadero esfuerzo en la creación del álbum.

Gran parte de los trabajos del dúo se reflejan al estilo bizarro y ácido en sus melodías, solo que el inicio avanza con marcha forzada y da la sensación de que es una rola inacabada. “Beer Hippie” da en el clavo con una ola de efectos y riffs pesados, que rescatan el tedioso comienzo. Sin embargo, al llegar con “Captain Come Down”, se enciende la energía necesaria. “Maybe I am Amused” cuenta con la participación de Novoselic y un aura psicodélica desenvolviéndose lentamente. ¿Recuerdan el cover totalmente sludge a “My Generation” de The Who en el disco The Bride Screamed Murder? Pues ahora, se tomaron la molestia de hacer una versión estilo rock sureño de “I Want to Tell You” de The Beatles.

“Planet Destructor” aplica algo de melancólica en sus seis minutos y medio de duración, con partes estridentes y un bajeo sutil por parte de Trevor Dunn. En toda la placa es apreciable tener un break, y esta rola logra bajar el ritmo y empezar a darle forma al LP. Después de la primera mitad, las rolas vuelven a sonar muy comunes. La verdad es que para ser Melvins no está nada mal, pues cuentan con el factor sorpresa en “Shaving Cream”, canción que parece introducirte a un circo de fenómenos: solo falta que desencadenen el fuzz a todo lo que da como en el disco Bullhead de 1991.

Osborne admite que es el trabajo más ameno que hayan creado, y destaca el mérito de haber tenido la posibilidad de seguir grabando. Es lo que termina dejándolo satisfecho. Vale la pena darle la oportunidad al disco. Con un par de escuchas empieza a cobrar sentido. Incluso cuandi el inicio ofrezca poco y abarque mucho, es siempre bueno apreciar que las bandas legendarias mantengan los ánimos y el tiempo para meterse al estudio.

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