M83
Fantasy

Atmosferas sublimes y difusas.

M83, la banda francesa formada en 2001 por Anthony González y Nicolás Fromageau, lanzó su noveno álbum de estudio titulado Fantasy, conformado por 13 temas y editado bajo el sello M83 Recordings.

Para quien no conozca a M83, se trata de una banda que en poco más de 20 años se ha mantenido activa lanzando múltiples LPs, EPs y sencillos en disqueras del calibre de Mute Records, Naive Records y Virgin. Su música ha formado parte de la banda sonora de series y películas exitosas como Ragnarok, Suburra, Mr. Robot, Divergente, The Originals, entre otras.

Ha remezclado a bandas del calibre de Depeche Mode, Daft Punk, Bloc Party, Goldfrapp, Placebo, Deftones, Telex, solo por mencionar algunos nombres.

Fantasy es un álbum que mantiene la línea musical de sus últimos trabajos, orientado al dream pop, al shoegaze, al ambient, al indie rock y a la electrónica. Es un disco desigual, tan cargado al downtempo que por momentos cuesta trabajo escucharlo de corrido, se vuelve tedioso y soporífero en algunos tracks. El tema instrumental de apertura, “Water
Deep”, es uno de los más destacados, que pareciera anunciar el inicio de una obra potente, sin embargo, a lo largo del tracklist la emoción se diluye. El tema número dos,“Oceans Niagara”, su primer sencillo, es otro de los momentos rescatables de Fantasy, un track plagado de atmosferas épicas generadas por sintetizadores y guitarras distorsionadas, casi instrumental, excepto por unos coros que aparecen esporádicamente a lo largo del tema. “Kool Nuit” es otro track destacado, porque a diferencia de la mayoría de las canciones del LP, este en particular se vuelve sorpresivo por sus intempestivos cambios de ritmo, las atmosferas progresivas, envolventes y alucinantes que explotan poco antes del fin, sin dejar de lado la aterciopelada voz de Kaela Sinclair que le imprime emotividad.

M83 está de regreso con un álbum que muy probablemente se convierta en uno más, con muy buenos tracks, los menos, y una andanada de canciones carentes de gancho, emoción y riesgo. Repetir formulas a veces funciona, a veces no, y este es un claro ejemplo. La potente amalgama de guitarras eléctricas y sintetizadores, tan habitual en su discografía, esta vez no logra fundirse del todo, se queda a medio camino.