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8
RCA Records / 2018
Desde sus inicios Lykke Li se ha caracterizado por sus letras llenas de temáticas tristes en las que el dream pop era su carta fuerte, pero parece que dio un giro bastante arriesgado al lanzar So Sad So Sexy con sonidos que no le quedaron tan mal.
El cambio de disquera —de Warner a RCA (Sony)— parece que fue una buena idea para poder hacer un disco más abierto y rítmico ya que en este material podemos encontrar más influencias de R&B y la separación de su productor de cabecera Björn Yttling sustituyéndolo con personajes como Rostam, Malay, Skrillex y T- Minus, quienes buscaron darle ese toque melancólico, pero rítmico.
Los primeros tracks "hard rain" y "deep end" toman como base una historia loca y apasionada que contienen un cumulo de emociones. En la primera canción habla sobre la importancia de luchar por lo que uno quiere, mientras que en la segunda, Lykke Li busca que luchen por ella y saber si el sentimiento es verdadero, todo esto a ritmo de R&B.
La única colaboración del material es con Aminé en "Two Nights", en el que la sueca ahora se preocupa por su compañero y cuestiona su fidelidad. A lo largo de los casi tres minutos y medio de duración escuchamos una especie de balada que busca explotar entre el estribillo y el coro, pero no es hasta la intervención del rapero que el trap es una respuesta a los cuestionamientos.
Al paso del LP podemos ver el proceso de una relación que va desde el encuentro entre las almas, hasta el abandono o al menos eso refleja "last piece" en el que la también ex-integrante de LIV pide que no le destrocen completamente el corazón para que la recuperación no sea tan drástica.
Siguiendo con la montaña rusa de emociones se cuelan "sex money feelings die" y "so sad so sexy", tema que le da nombre a la placa y que nos habla sobre la ruptura que no siempre se da en buenos términos, o sea, las que te dejan marcado.
Ya cerca de la parte final del material, la resignación se hace presente en "better alone" y "bad woman", que en general dice que la soledad a veces no sienta bien y en la otra canción toma parte de su papel en la relación mencionando que cometió algunos errores, pero que para no estar mal eviten el distanciamiento.
Luego de mostrar un vaivén de sentimientos el cierre es "utopia", tema con el que Lykke Li dice de manera tranquila "ok, no terminemos y hagamos una relación utópica en el que estemos enamorados para siempre".
Tal parece que la también compositora de 31 años busca crecer en la música (a nivel comercial) y tomó un riesgo bastante alto que dista mucho de lo que fue I Never Learn, su último material con Warner. Esperemos que la frase "el que arriesga no gana" sea aplicable en esta talentosa cantante.