8
Dead Oceans / 2018
25/Jun/2018
Laura Marling ha obtenido una notable reputación en la escena folclórica del Reino Unido por sus elocuentes y cándidos temas. Por otro lado, Mike Lindsay viene de la celebrada agrupación de folktrónica Tunng, que acostumbra a usar estructuras poco ortodoxas, conchas de mar y percusiones extrañas, letras surreales y oblicuas en su estilo. El choque de estos dos estilos da como resultado un sorpresivo casamiento orgánico y emocionante llamado LUMP, que trae un disco debut dedicado a solidificar sus fortalezas para usarlas al servicio de la sátira.
Si ponemos ejemplos de cantantes folk con voces honestas y vulnerables al servicio de una vanguardia musical oscura – Elizabeth Fraser con Massive Attack, Beth Orton con The Chemical Brothers– la consecuencia es un rayo de luz entre tanta densidad electrónica. Aquí sucede un caso especial: las ideas y conceptos de Marling que critican el consumismo y la mentalidad del humano en el siglo XXI forman una fusión interesante con los turbios sampleos y texturas de Lindsay. El contraste no cae realmente en que sean diferentes, sino que ambas sensibilidades se vuelven gruesas y cínicas comparado con sus orígenes más optimistas y floridos.
Cada uno de los siete temas que arman el disco están hilados para que se escuche de forma continua y vaya haciendo varias paradas burlonas e inciertas, tanto en la parte lírica como en la musical. “I’m your mother, I’m your father / We would dream in a rolling thunder”, canta Marling en “Rolling Thunder”, para ver con cierto punto de vista agrio las crecientes y alarmantes peticiones de inclusión en los medios y la sociedad. En “Curse of the Contemporary” ve con ojo de águila lo tóxico y febril que se ha convertido ahora California, la otrora tierra prometida. En “Hand Hold Hero”, Marling observa cómo el dinero nunca es la solución a todos los males y seguimos haciendo de sus gastos un deporte suburbano, y para el semicierre de “Shake Your Shelter” se imagina cómo sería una vida más sencilla renaciendo como un crustáceo en el mar y solo darse a la corriente.
Uso la palabra semicierre porque la última canción, “LUMP is a Product (Credits)” es eso precisamente: Marling diciendo los créditos del álbum a manera de spoken word, mientras las creaciones de Lindsay se hacen más dramáticas. Al final de todo el viaje, Marling y Lindsay quizás nos querían tomar el pelo y crearon un disco como crítica totalitaria al uso de la música como recurso de marketing: un sinfín de sonidos y palabras indie que asimilan el estilo de otros para argumentar que todo es tendencia, incluso la música que ellos crean. ¿Cuál fue la mejor manera de mofarse? Hacer un supergrupo, que está de moda hacerlo hoy en día; crear letras y música para los tiempos de Trump, el Brexit y grupos como The xx y Cigarettes After Sex y que todos lo escuchen, a ver si así entendemos y hacemos algo al respecto. Ouch.
9
Sub Pop Records / 2018
22/Jun/2018
Para muchos, vivir en la nostalgia es el peor error que pueden cometer, pero no siempre es malo apelar a ella cuando hay conciencia y se logra expresar a través de la música cuidando y trabajando en los detalles.
Tal es el caso de God’s Favorite Customer, el último material de Joshua Tillman o Father John Misty, como también se le conoce. En este disco, el estadounidense deja un poco de lado los tintes que nos había mostrado en sus anteriores materiales y sus melodías no solo te recuerdan situaciones o momentos tristes, también te llevan a las décadas de los 60 y 70.
Aunque Tillman comenzó su carrera en el folk, ahora te encontrarás con un músico mucho más maduro, que se atreve a combinar todo lo que sabe de música y en God’s Favorite Customer lo demuestra, pues además parece que es un disco un tanto íntimo: en cada una de sus letras te permite conocer su sentir.
Desde el clásico sonido nostálgico que tanto lo caracteriza en este material, ejemplificado con "Just Dumb Enough to Try", hasta matices del rock de los años 60 y 70, como en "Date Night", donde la peculiaridad del piano te hace despertar de entre la melancolía para agitar la cabeza y hasta tus manos al ritmo de la música.
En este material queda más claro el personaje que Tillman ha construido. Father John Misty hace oír su pensamiento y su sentir más que nunca, a través de las letras de sus canciones: son un grito a la nostalgia.
Eso no significa que sus composiciones musicales sean malas, pero en la mayoría de las canciones son básicas, destacando el piano, la guitarra acústica (en algunas) y la batería a paso lento.
Los registros se vuelven desgarradores. God’s Favorite Customer sobresale de su predecesor, Pure Comedy, en donde la prioridad fue la composición musical. Aunque desde I Love You, Honeybear ya se percibía que en cualquier momento nos sorprendería con un disco en el que imprimiría su forma de comprender y ver el mundo. Tan solo hay que voltear a ver "When You’re Smiling and Astride Me", una canción muy romántica, pero muy cuidada.
Esta vez, Tillman suena más consciente de su trabajo. Es como si hubiera analizado todo lo que ha hecho y lo juntara con la manera en que ahora concibe el mundo: sus letras ya no solo son románticas o folk, ahora el músico se pone al descubierto, cuestiona y se disculpa a lo largo de su nuevo material.
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