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#LRReseña: Frankie Cosmos – Next Thing

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#LRReseña: Frankie Cosmos – Next Thing
#LRReseña: Frankie Cosmos – Next Thing

Bayonet Records / 2016

Artista(s)

Frankie Cosmos

La dulce melodía de cuando la adolescencia se encuentra con la madurez.

Escrito por Alan Ornelas

¿Cómo explicar cuando la fórmula más sencilla resulta la perfecta combinación para atrapar todos tus sentidos? En música, muchas veces concluimos que mientras más complicada sea la ejecución, su producción o el desenvolvimiento de ella en el escenario, el resultado debe innovar, explorar y llevarnos a nuevos lugares como un reflejo natural. Para el caso de Frankie Cosmos: una guitarra, algunos sintetizadores, letras que más allá de melódicas son poéticas y una voz tan dulce son los ingredientes perfectos para hacer de Next Thing uno de los discos más completos en lo que va del 2016.

Greta Kline es una chica de apenas 21 años nacida en Nueva York, conocida por sus lanzamientos independientes en internet, influenciada por la poesía de Frank O’Hara, la música anti-folk de los 2000’s en NY y con la experiencia que dejó ser bajista de Porches por un tiempo. Desde hace cuatro años, se ha hecho de un nombre en su escena local como Frankie Cosmos, un proyecto que refleja mucho de la sencillez que su alter ego lleva por dentro, inicialmente pensado como un proyecto de Bandcamp, la carrera de Cosmos llegó al oído de todos con este álbum, el primero concebido como un LP y siendo un disco particularmente interesante por muchos aspectos.

El primero es la duración, 28 minutos bastan para que 15 canciones sean contadas de una muy grata y sencilla forma. La base musical de Next Thing es el increíble color de voz que Greta tiene, siendo la melodía con la base de synth y guitarras el primer gancho para atraparte a ella. Las letras de este material bien pueden pasar como un libro de poesías: juventud, amores de verano, momentos de soledad y el proceso de madurar son algunos de los temas que se tocan de forma muy personal por todo el disco, vistiéndolas de experiencias propias o aterrizadas en novelas que suceden dentro de la gran ciudad.   

"Twee pop" nunca ha sido un descriptor particularmente favorecedor, pero en los últimos años las connotaciones de "cursi"  han empezado a venir a la vanguardia, con veteranos como Belle and Sebastian y nuevos como Alvvays hacen poco a poco el esfuerzo para moderar la reputación del género no importa que tan empalagoso llegue a ser.  Frankie Cosmos se une a estas filas, haciendo de lo cursi un tema mucho más pasional, más personal, dejando a un lado el amor de verano que se pone en práctica cada que sale una nueva pelícua de Wes Anderson o una novela de Stephen Chbosky.

Hablar de Next Thing es como susurrar un secreto a un amigo,  es un ejercicio íntimo que no puede caber entre el bien y el mal.  Lo bello del disco es la enorme privacidad que llega a tener, y lo abiertamente significativo que eso es.  Su belleza existe entre líneas, no es fácil de llegar ahí, pero una vez dentro, Frankie Cosmos se convierte en la voz que muchas veces no logra salir tan fácil de uno mismo. Es una noche de amigos, es el momento perfecto, donde uno se encuentra bien consigo mismo.

Next Thing está disponible en La Roma Records.

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Passenger – Young As The Morning, Old As The Sea

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Passenger – Young As The Morning, Old As The Sea
Passenger – Young As The Morning, Old As The Sea

Nettwerk / 2016

Artista(s)

Passenger

12/Oct/2016

Una obvia reflexión de los sentimientos a través del tiempo.

Cualquiera diría que un octavo álbum muestra un cambio radical si se le compara con el primero. Sin embargo, Mike Rosenberg, mejor conocido como Passenger, ha logrado mantenerse en la misma linea musical en la que inició: el folk. Su sonido acústico se conserva mientras que sus composiciones se tornan más introspectivas y directas.

Con la inspiración que proveen los paisajes de Nueva Zelanda e Islandia, Passenger nos entrega una vez más un compendio de historias y pensamientos, tan personales como universales, en su nuevo álbum Young As The Morning, Old As The Sea.

Una reflexión general sobre el paso del tiempo y las relaciones pasadas comienza con “Everything”, que relata de manera muy obvia el cliché que le dice al mundo que sin el amor de alguien, cualquier situación resulta vacía. Este tipo de pensamientos continúan con “If You Go”, que si bien tiene un arreglo musical más pensado que incluye violines, también tiene una letra inmediata y poco inspirada.

Ese mood comienza a cambiar con “When We Were Young”. Mezclando un poco de melancolía y simplicidad en la guitarra, comienza un lapso de entusiasmo que llega a un máximo inesperado lleno de ritmo en “Anywhere”: una canción feliz, esperanzadora y pegajosa. Tristemente, después llega su contraparte monótona: “The Long Road”.

En medio de esta peculiar mezcla de sentimientos encontramos “Beautiful Birds”, sumida en metáforas que cuentan la historia más personal. Por otra parte, “Somebody’s Love” sale de tono con una introducción instrumental que invita al sentimentalismo de igual manera que lo hizo en su momento “Let Her Go” –su canción más conocida–.

La exploración en términos de composición y música se demuestra en “Young As The Morning, Old As The Sea”. Este estilo, que recuerda a Mumford & Sons, se encuentra también en “Fools Gold” y “Home”. Todas ellas sobresalen. ¿Por qué? Letras delicadas y reflexivas llenas de sentimiento.

Young As The Morning, Old As The Sea no cambia la promesa de Passenger, canciones del corazón que cada uno puede adaptar a su situación, pero no se aventura a nada nuevo. Los arreglos parecen demasiado simples mientras que las composiciones podrían ser más imaginativas.

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