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Capitol Records / 2017
Por Fernanda Flores
Cold War Kids es un grupo que se ha ganado un lugar importante en la escena del rock alternativo. Con el paso de los años ha buscado cambiar muy poco la forma de hacer música. La banda se esfuerza por mantener un estilo similar; después de 13 años de carrera llega su séptimo álbum de estudio.
La Divine es un disco de 14 canciones que aborda distintos temas: desde las relaciones de pareja, hasta asuntos políticos. Asimismo, se siente como hogareño con ciertos toques de nostalgia y oraciones que rinden tributo a los orígenes de los integrantes de la banda.
Sin embargo, es un material que suena a grupos como Yeah Yeah Yeahs, Imagine Dragons, Portugal.The Man y muchas otras bandas fáciles de identificar en el microuniverso del indie rock. Los 44 minutos que tiene de duración son, hasta cierto punto, monótonos. Se ven interrumpidos por tres interludes.
Estos intermedios son los encargados de hacer que La Divine no sea un álbum repetitivo y, eventualmente, cansado. Inclusive, pueden hacer que la persona que está escuchando vuelva a retornar su atención a las canciones; en especial cuando suena ”Wilshire Protest”. El tema es un monólogo melódico que habla sobre un acontecimiento político del que fue testigo Nathan Willett. Esto no significa que sea la mejor rola del disco, sino que es la que apuesta por un nuevo experimento de Cold War Kids.
Entre las más sobresalientes están los singles “Can We Hang On?”; “Restless”; el tracks “Ordinary Idols”; el interlude “Camera’s Always On”; su continuación “Part of The Night”; y, por último, “Free to Breathe”. Estas canciones son más parecidas a lo que escuchábamos en sus primeros discos. Nos hacen pensar que, el ahora quinteto, está en una buena etapa.
Las otras siete canciones no mencionadas en este texto, no son malas. Son, más bien, un reflejo consistente, divertido y con mucho pop. Combinadas con las anteriores crean un álbum que sí tiene lógica; pero, se percibe raro al escuchar. Es cosa de darle varias oportunidades para entenderlo y aceptar que el grupo formado por Nathan Willett, Matt Maust, Joe Plummer, Mathew Schwartz y David Quon está buscando conseguir un cambio y una nueva madurez a través de la experimentación.