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Lockah - 'It Get's More Cloudy...'

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Lockah - 'It Get's More Cloudy...'
Lockah - 'It Get's More Cloudy...'

Donky Pitch / 2015

Artista(s)

Lockah

Paisajes que vibran entre pixeles pop y sintetizadores en lo nuevo de Lockah.

Nos guste o no, los ochenta dejaron una huella en la música que probablemente nunca desaparecerá. Computadoras, videojuegos, películas de ciencia ficción que ahora sentimos algo naive. Todo eso que parecía haber quedado en una caja en el fondo del armario, regresa para inspirar a la música 25 años después.

Aunque esta reunión de tiempos resulte en sonidos atractivos y nostálgicos, es cierto que ya no es una novedad. Pero tampoco es cosa de innovar siempre, también se vale reinterpretar y eso es justamente lo que hace Tom Banks, mejor conocido como Lockah, con su segundo LP.

It get’s more cloudy… contiene once temas totalmente instrumentales, en el que sintetizadores originales de los ochentas se mezclan con líneas de bajo intensas y beats electrónicos que van desde el techno y el house hasta el breakbeat de los dosmiles.

Así como lo hizo en el EP And Blue Brindle Too, que sirvió de preludio para este disco, Lokah integró algunos momentos con batería y guitarra en vivo, que acentúan una esencia retro vibrante.

“Important 2/ Hate, Meet Fate” abre el disco con lo que podría ser un amanecer lento y majestuoso. Al principio un juego de synthes vacilantes deriva en una suspensión de melodía, que conforme se estabiliza se deja acompañar por beats contundentes y entrecortados al estilo del dubstep.

En “You’ll suckers don’t even cut corn” la combinación del bajo eléctrico, los ocasionales riffs de guitarra y la gama de sintetizadores, nos recuerdan de misma forma una sesión de baile Italo que el intro de algún talk show de los ochenta.

Algo que distingue a este disco es la enorme versatilidad de sus synthes. Hay momentos en los que pueden sonar estridentes, como es el caso de “It Wasn’t for me” o como tambores metálicos jamaiquinos en un videojuego, como lo hacen en “Barcelona Drums”.

Sin duda uno de los momentos más relajantes y claros es “Push of my Wire (Bliss)”, donde Lockah nos transporta a un mundo de seres luminosos que parecen dialogar entre si en una juguetona melodía.

El disco cierra con un track de casi ocho minutos y medio, titulado “Lawrence’s Weird Joint”, que como su nombre insinúa, es una progresión de sonidos que nos lleva por un colorido viaje galáctico al estilo de una animación pixelada en 3D.

It Get’s More Cloudy… es una experiencia maximalista que involucra la nostalgia de la cultura pop de los ochentas con la diversidad de ritmos de la música electrónica. Un disco quizás no para todos los gustos, pero sí digno de escucharse.