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Nacho Vegas
Resituación
Marxophone
2014
Tomo entre mis manos un libro que desde hace año y medio forma parte de esa colección de música que me he procurado, Cajas de música difíciles de parar: o el desencanto de Nacho Vegas de Carlos Prieto. Publicado por la editorial Lengua de Trapo, fue el obsequio de un amigo con el que, al calor de unas chelas, platiqué por horas sobre música española y que nos llevó, entre otros temas, a tocar el trabajo de Nacho Vegas.
Lo último que supe del también filólogo y activista fue la publicación del álbum Zona Sucia (2011), su visita a México para promover dicho material, el libro ya señalado y el recuerdo de haber leído sobre el frágil estado de salud en el que se encontraba el cantante y compositor asturiano que este año cumplirá cuarenta años.
Distraído por la vorágine musical gestada al sur del continente, en la que me he enfocado durante los últimos años, me perdí las noticias del nuevo material de Nacho Vegas que, por cierto, llamó mi atención, ya que tras una pausa, cuando nos tenía acostumbrados a casi un disco por año, el músico está de regreso con un muy digno Resituación (2014).
Nacho, quien ha colaborado con artistas como Luis Eduardo Aute y Enrique Bunbury, además de haber participado en homenajes a Bob Dylan, artista al que nos suele recordar, vuelve con un material lleno de contenido político, ese al que nos tiene tan acostumbrados.
El folk tan característico de Nacho, heredado de los cantautores anglosajones de la segunda mitad del siglo XX, está presente en Resituación, con 11 temas de diversas temáticas, pero siempre influenciado por los sonidos que le han dotado de una característica especial.
De entre todas las canciones destaco “Polvorado”, en la que, de manera irónica, retumba la frase "polvo somos, ya sabemos, y en pólvora nos convertiremos". “La Vida Manca” en la que nos revela su asco por Miguel Bosé y lo que éste representa, al que literalmente ve muerto "hinchado y flotando boca abajo en la piscina"; y “Runrún”, una hermosa melodía con aires de country, llena de coros que le dan cierto aire de emotividad.
Sin embargo, la mejor canción, quizá no sólo de este álbum, es indudablemente la poderosa “Actores Poco Memorables”, en la que Nacho desata sus demonios en una época poco favorable para España. Si se desmenuza cada uno de los personajes, se podrán ejercer críticas políticas, pero como lo mío es la música, me quedo con el dibujo detallado y visceral que de ellos hace.
¿Vale la pena el Resituación de Nacho Vegas? Absolutamente. ¿Leeré una vez el libro que mi amigo me obsequió? No tengan duda de ello.