8
Warner Music / 2015
14/Ago/2015
Dicen por ahí que los viajes transforman, te despeinan, abren ventanas y reavivan el instinto reafirmando y fortaleciendo los lazos que te hacen “ser”. Para Lianne La Havas, el periplo comenzó temprano.
Apenas con 7 años descubrió el llamado de su propia voz enamorándose a ojos cerrados de la música, idilio que la llevó a ser firmada por Warner a los 19 para componer y editar su primer álbum Is Your Love Big Enough? en el 2012.
El reconocimiento y las comparaciones no se hicieron esperar, y de pronto su imagen fresca cargada de reminiscencias folk y soul captó la atención de figuras como Bon Iver y Prince, develando un talento singular que la ha llevado a presentarse igual en prestigiosos festivales de jazz, que en foros masivos como el afamado Glastonbury.
Hace algunos meses, tras largas giras y colaboraciones Lianne decidió hacer una pausa para conectarse con sus raíces y en medio de una excursión a Jamaica (tierra materna), comenzó componer Blood, su más reciente producción discográfica.
Si se buscara una manera breve de describirlo, podríamos decir que Blood es un álbum de genética pop caracterizado por su habilidad para generar una química perfecta entre géneros que pudieran parecer dispares (del jazz al drum and bass pasando por el folk, el funk, el soul y la electrónica).
Un álbum en donde la habilidad vocal de Lianne La Havas brilla para entregarnos una serie de composiciones sinceras, que sin ser sencillas en su estructura (alejándose del cliché que dice que el pop es música comercial con poco contenido artístico), logran relacionarse de manera natural con el escucha.
Destacan temas como "Wonderful", producido por Mat Hales (Aqualung) y Howard Lawrence (Disclousure), en donde el sonido de un piano baladesco arropado en una cama de pequeños detalles sonoros y la voz madura y expresiva de La Havas, hacen la delicia del escucha.
"Midnigth", una interesante declaración de individualidad al estilo Motown, en donde Lianne La Havas es llevada al extremo de su registro vocal con una ejecución impecable; "Grow" composición que en su mezcla de folk con fuertes elementos percusivos dibuja claramente el reencuentro con sus raíces jamaiquinas; y "Good Godbye" una reflexión adulta y bella acerca de la perdida de aquellos seres amados que se mantienen vivos en el recuerdo.
Blood es un disco que revela el crecimiento y madurez de una artista en ascenso que con tan solo 25 años, ha descubierto el poder de saber hacia dónde quiere dirigir un interesante viaje que recién ha comenzado.
10
Discos Valiente / Universal Music México / 2015
12/Ago/2015
Ninguno de nosotros vivió en carne propia La Belle Epoque, pero juro que todos hemos atravesado la agonizante miel de un corazón roto. Si fueses uno de esos casos especiales cuyo corazón está intacto, la ciencia te busca; pero puedes darte una idea de esa experiencia con éste álbum, Vol. 1, de Mon Laferte. Mejor aún: si estás nadando por el río de tus lágrimas, arrójate a este disco como salvavidas.
Esta adorable chilena es de voz desgarradora y melodías color rosa, es decir, que contrario a la idea de que los géneros más rudos son para los vocalistas gritones, encuentras en este disco a una mujer que clama, que se enoja, que se parte el alma en cada dedicatoria.
Si para estas alturas ya imaginas que las canciones son al estilo Paquita la del Barrio, vamos a aclarar que las letras no son contra alguien, son una lista de emociones que resurgen de lo bueno y de lo malo. El sencillo, “Un Alma en Pena” contiene, por mencionarlo, nostalgia de un difícil pasado y la fuerza que palpa y empuja hacia adelante. La guitarra y la voz caminan de la mano, así derivan entonces unas coplas revolucionarias.
Y hablando de las intérpretes de dolor y contra ellos, ya les quisiera oír experimentado con el ska, como el que usa Mon Laferte con “El Diablo”, pista que juega con la animosidad de las trompetas para hacer una pausa coqueta y traviesa, hasta regresar al ritmo callejero con una transición nada brusca.
Qué decir de “Amor Completo”, donde la cantante se luce con una prosa contrastante, entre el “te quiero pero ya no te quiero”, con gruñidos poderosos y apasionados que harían golpear y besar al ser amado. Este sencillo en particular define la trama de la producción: un blanco y negro, distintos pero siempre integrados.
Además de todo ello, Mon Laferte expresa su ronco pecho en una gama de géneros suaves. Hay bolero, cabaret y el folclor de guitarras acústicas que destacan en gran parte de este material.
Dicen que al libro no hay que juzgarlo por su portada, y aunque en casos excepcionales como éste, la portada ya habla por sí sola del disco, vale la pena zambullirse en la imagen de una mujer con el duelo en los poros que curiosamente carga con un ramo de flores coloridas. Es suficiente decir que Vol. 1 hace de la tragedia, una belleza.
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Avisos