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Laure Briard — Un peu plus d'amour s'il vous plaît

7

Laure Briard
Un peu plus d'amour s'il vous plaît

Midnight special records / 2019

Artista(s)

Laure Briard

Briard exige al público algo más que un poco de amor con su disco pop de construcciones complejas.

Un halo delicado recorre las 10 pistas de Un peu plus d'amour s'il vous plaît, tercer álbum de La voz: Laure Briard. Quien nos convida con su versatilidad de diosa glam. ¿Queremos vivir 29 minutos en un mundo extraño, exigente y a su vez lleno de paz? Aquí tenemos este Long Play.

“Marin solitaire” es la canción que abre la placa. Un tema maquillado con bossa nova y gotas psicodélicas. Desde el arranque la voz y el halo sutil nos hacen pensar en una nueva Françoise Hardy, pero no una copia, sino un seguimiento de un legado que solo Francia podría tener. Pues la construcción de esta poética musical resulta propia de un sitio, una creencia y una estética particular de aquel país.

El disco apenas avanza y aparece “Idéal”, que con toda seguridad es el tema más armónico. Compuesto de batería, bajo y guitarra perfectos, permiten el lucimiento de esa voz, aderezada (porque así tenía que ser) con coros que terminan de dar la ilusión de una canción de los años 60. Claro, se entiende la intención, muy bien lograda; pero los coros le quitan algo de esa perfección que no es fácil conseguir pues meten en un mundo innecesario a la canción, que por lo demás, es uno de los puntos más álgidos del retro-pop de Briard. Lástima que “Idéal” es apenas la segunda pista, pues con esto ya sabemos que mucho más no podremos esperar.

Y es que el acierto de Un peu plus d'amour s'il vous plaît está más en el fondo que en la forma. Éste es un disco complejo ya que resulta complicado acostumbrarse a los arreglos y a los ritmos montados en una montaña rusa con picadas y subidas bien marcadas. Esto no es algo que quien gusta de un disco meloso espera; pero sucede. Laure exige algo más que atención a sus seguidores; así, aunque resulte una propuesta pop, la actitud de fondo y la construcción musical salen del estereotipo. Aferrarse a la voz conductora que en la mayoría de los casos se mantiene en el mismo nivel es una buena manera de entrar a esta propuesta, que aunque en fondo es muy interesante, su resultado deja qué desear; quizá por ser una forma explotada hasta el cansancio justo con cantantes mundialmente conocidas como Hardy.

El álbum está repleto de pasajes musicales que, aunque complejos, ya encontramos desgastados y que parecen no tener asidero pero que lo encuentran mágicamente como ocurre en “Wander / Wonder”. La imposibilidad de asirse a éste disco pasa por la lejanía de su lenguaje musical fragmentado que combina melodías empalagosas, muy pop, con detalles psicodélicos y extraños como es el tema “Energie”, donde por cierto, quien conoce a Françoise Hardy bien puede verla bailar en puntas de pie, con su vestido rosado y el pelo intacto sostenido por una diadema blanca. Una canción homenaje.

El disco cierra con guitarras acústicas y tonos agudos, una voz enamorada y sutil que frágilmente pide un poco más de amor, por favor, en un contexto donde claro que es necesario pedirlo; pero queda la duda si una propuesta musical así aún tiene cabida a casi dos décadas de iniciado el siglo XXI y a casi 60 de la explotación total de estos ritmos y arreglos.

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Girlpool — What Chaos Is Imaginary

5

Girlpool
What Chaos Is Imaginary

ANTI- / 2019

Artista(s)

Girlpool

18/Feb/2019

Una idea sin desarrollo ni final.

Distorsiones, dream pop, cuerdas. Sonidos tan desorganizados y desconcertantes como el cambio son el tema central de What Chaos Is Imaginary, tercer álbum del dúo Girlpool. Se trata de una entrega de 14 canciones que destaca las diferencias de estilo y escritura entre Cleo Tucker y Harmony Tividad, tanto en lírica como en melodía.

“Lucy’s”, primera pieza del álbum, abre las puertas de la mente de un Tucker poco imaginativo y demasiado directo que se presenta con un bajo perfil musical. Sin embargo, inmediatamente llega una conexión a algo más familiar, a un Girlpool que ya conocemos. “Stale Device” y “Where You Sink” recuerdan el estilo de su disco anterior. Se acercan a Sonic Youth donde lo que escuchamos melancolía y desdén: “Found a stale device. A world to make you more alone”. En ambas, se nota la mano de Tividad complicando las cosas.

Tristemente, muchas canciones se quedan en el olvido. De hecho, el álbum pudo empezar en el track siete: “All Blacked Out” puede ser la bonita del disco. Con un inicio tranquilo y una guitarra armoniosa, no suena a Girlpool, pero conecta a la perfección con ellos. Lo mismo pasa con “Lucky Joke” que es un transporte directo a un club underground donde se descubren talentos.

De aquí en adelante, ya se siente cohesión. Las letras maduran y los sonidos se aventuran. “What Chaos is Imaginary” presenta un violín que complementa perfectamente un ritmo básico de batería; mientras que “Hoax and The Shrine” se queda con simplemente una guitarra porque no necesita más.

La última canción que vale la pena es “Swamp and Bay”, cuyo estilo country logra coincidir con un cuasipunk amateur. Es una creación fuera de lugar en el repertorio de Tucker y Tividad, no obstante, se agradece.

Pros: Las letras expresan pensamientos aislados que, sin contar una historia completa, conectan con todos pues son universales. Contras: No hay nada extraordinario. Ni un hit inmediato ni alguna canción que no pueda salir de la mente. No es un mal disco, pero algo algo no acaba de hacer match.

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Laure Briard — Un peu plus d'amour s'il vous plaît - Indie Rocks!