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Las pruebas y transformación de Jumbo
Las pruebas y transformación de Jumbo

Artista(s)

21/Abr/2014

Jumbo

Alfa Beta Grey

Casete

2014

Después de cuatro años de tocar y realizar distintas pruebas, Jumbo regresa recargado y con nuevo disco bajo el brazo. Sumergidos entre ritmos ácidos y guitarras explosivas, los regiomontanos dieron vida a su séptima producción discográfica, Alfa Beta Grey, que, deslizándose suavemente por las ondas del blues, hace resonar los ecos de fuerza, nostalgia y desamor.

Con la producción del argentino Camilo "Milo" FroidevalJumbo logró registrar un sonido completamente distinto al que habían entregado desde Restaurant  (1999) hasta Alto al Fuego (2011). La madurez de Clemente Castillo, Flip Tamez, Beto Ramos y Charly Castro no sólo se muestra en su nueva forma de abordar los temas, sino que también se refleja en la fuerza y precisión de sus ejecuciones.

Diez temas que cuentan historias diferentes componen ésta producción con la que Jumbo muestra el inevitable crecimiento que han logrado a través de casi dos décadas de trayectoria. El disco comienza con una rola pegajosa titulada “Bala Perdida”, que da entrada al primer sencillo, “Sin Respuesta” el cual, con baterías envolventes y potentes sintetizadores, crea una atmósfera nunca antes sentida.

La melancolía de Jumbo sigue presente, pero ahora se experimenta de una manera distinta. Uno de los temas predilectos de Clemente, “Estrellas”, fue la encargada de marcar la mitad del álbum. Ésta melódica canción, sutilmente impregnada del folklore norteamericano, hace un excelente balance entre las explosivas emociones que transmite Alfa Beta Grey.

El inicio de “Invisible” recuerda al rock en español de los años 80 y enseguida sorprende con enérgicas guitarras que descansan sobre bajos que acompañan la lírica de soledad. No obstante, también hay temas que conservan el sonido animoso de aquellos tiempos en los que Jumbo comenzaba a ganar un lugar entre la preferencia del público. Por su parte, “El Fin del Mundo” revela un planeta que se destruye y se regenera constantemente entre la hostilidad y el caos.

Enseguida suena “Siempre Más”, con reverberaciones que permiten hacer una rápida introspección y, junto a la música, enfrentar los miedos. El drama llega de la mano de “Juego de Herir”, tema que acompañado de baterías fuertes, anuncia el inesperado final. De este modo llega “Hologramas”, cerrando con la furia rocanrolera que caracteriza el nuevo sonido de Jumbo.

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¿Alguien ha visto la vieja corona de Wolfmother?
¿Alguien ha visto la vieja corona de Wolfmother?

Artista(s)

18/Abr/2014

Wolfmother

New Crown

Andrew Stockdale

2014

Sí, incluso Andrew Stockdale lo sabe. La vieja mula ya no es lo que era y difícilmente volverá a serlo. En abril de 2013 anunció la separación definitiva de la banda diciendo: "Durante los últimos tres años he actuado bajo el nombre de Wolfmother y no me siento cómodo. Chris Ross, quien tocó el bajo y teclado en la primera alineación, fue quien propuso el nombre, mismo que era para mí, Chris y [el baterista] Miles Heskett".

Efectivamente: Wolfmother era el nombre de una sociedad creativa que, cuando dio el gran golpe con su álbum debut homónimo en 2005, contaba ya con cinco años de trabajo continuo como banda.

Acoplados, hambrientos y decididos colocaron su primer trabajo en el gusto de la crítica, los air-guitar's de los nostálgicos de Zeppelin y Sabbath, y en las gargantas de gran cantidad de acaloradas señoritas. Los discos se vendían por miles, los lectores de Rolling Stone los calificaban como mejor banda, mejor disco, mejor portada y, reafirmándolos como nueva obsesión global, daban a Stockdale el título del tercer artista mejor vestido.

Lo admito: yo también, como muchos, quedé cegado por la magnífica y musculosa ola distorsionada del Wolfmother original. Luego, una tarde de 2008, Ross y Heskett abandonaron la banda por diferencias irreconciliables con Stockdale. Hoy, dos, tres o cuatro alineaciones distintas después, Stockdale se arrepiente y vuelve a apoyarse sobre glorias pasadas para presentar New Crown, un discreto trabajo producido por él mismo y distribuido por Bandcamp; tan sólo la sombra de lo que algún día significó Wolfmother para el hard rock.

No hay garra, seguridad, ambición ni volumen. Los erráticos vaivenes a los que Stockdale sometió a su banda finalmente vinieron a pasar factura. New Crown tan sólo muestra potencial. No lo explota y nunca estalla; se queda corto. Es delgado, plano, impreciso, falto de inspiración y lleno de cansancio. Las vocales de Andrew, ya por sí mismas lánguidas, aparecen sepultadas debajo de una gruesa capa de lo que parece ser una mezcla de fuzz, eco y estática. El sonido es sucio en comparación con la producción de los dos discos anteriores. La falta de experiencia detrás de la consola se nota y pesa gravemente sobre el resultado final.

No es que todo New Crown sea completamente malo, “How Many Times”, “New Crown” y “She Got It” dejan ver residuos de lo que antaño era una máquina de componer riffs para mecer estadios. El resto, no obstante, comprueba que Stockdale no es Wolfmother.

¿Qué se necesita para que Wolfmother recupere su antiguo trono? Dos cosas: Ross y Heskett.

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