Mute / 2014
07/Oct/2014
A casi tres años del lanzamiento de Versions, Zola Jesus regresa con Taiga, material que fue producido por Dean Hurley en Los Ángeles, California; con el que deja muy claro que aún existe y no piensa irse.
Se trata de la cuarta producción discográfica en su carrera, la cual está conformada por once temas en los que la armonía de su voz es capaz de impactarnos y al mismo tiempo deleitarnos con algo fresco y nuevo, siempre aderezado con una mezcla impecable de sonidos electrónicos.
A comparación de su trabajo pasado, Nika, nombre real de la cantante de origen ruso, nos hace sentir que seguimos vivos gracias al realce en la armonía de las voces atmosféricas, que poco a poco se hunden en sonidos naturales y siniestros, claro, sin que se pierda la combinación de beats que invitan a bailar.
Sin duda, el mejor tema del disco es “Dangerous Days”, que significa una buena opción si el día pinta para ser monótono, pues logra hacerte bailar llevando la polifonía a otro nivel, quizá a otro mundo. Mientras que “Dust”, mas o menos en sintonía, tiene una buena composición armónica, árida y orgánica que lleva el paso de las otras pistas y las voces que ya conocemos, pero con un tono muy abierto y una armonía perfecta, limpia y poderosa.
“Hunger” le da un giro de 180° al material con una producción encendida y una estructura muy definida que nos dice que Zola Jesus ha madurado, pero sin perder su identidad. Por su parte, “Nail” es la búsqueda de supervivencia, salir del cascarón que la ha tenido atorada, y “Go (Blank The Sea)” parece ser la salida fácil hacia un lugar en el que puede ser simplemente Nika, proyectándonos el sentimiento de volver a surgir.
Es muy clara la coherencia, la atmósfera y la identidad que buscaba y que consiguió encapsular en este disco que nos remite al pasado para conectarlo con el presente. También es notable la inspiración tomada de Björk, Florence + The Machine, Ellie Goulding y Grimes, con quienes comparte cierto tono gótico y una manera de composición muy especial, sin alejarse de ritmos pomposos y letras que vienen del mismo espíritu que, quizá, nos estén llevando a la zona oscura de su vida.
Cada vez resulta más difícil encontrar la escencia de Zola Jesus, sin embargo, este nuevo este nuevo material pinta para ser un hit entre sus seguidores. Esperamos con muchas ansias a la Nika de sonidos y letras ferales, con un sabor original en sus próximas producciones, además de una próxima visita que será bien recibida.
Sub Pop / 2014
06/Oct/2014
Hay algo tan puro en el indie pop más básico que resulta encantador; algo que no es difícil identificar, pero sí es complicado definir, si no, ¿por qué existe un público tan enamorado de bandas como Belle & Sebastian? Tal vez sea debido a la bien conjugada mezcla de inocencia y naturalidad.
Esta introducción al tema funciona como antesala de lo que se puede encontrar en Avi Buffalo si se presta un poco de atención, banda que conserva y expone en su segundo disco, At Best Cuckold, ese encanto elemental del pop que es imposible no disfrutar.
Avi Zahner-Isenberg, el centro detrás del proyecto, apenas rondaba los 20 años cuando su disco homónimo vio la luz en el 2010. Su alma inocente fue pieza clave para el encanto de Avi Buffalo, algo de lo que no carece At Best Cuckold. Es a través de la música y letras que Isenberg muestra una dulzura sutil y encariñada con el bien y la inocencia; incluso llega a ser como aquel Elliot Smith más artesanal que jamás existió en algunos ratos dulcemente nublados como "She Is Seventeen".
Cabe destacar que Isenberg ha educado ese falsete nervioso y ahora se percibe una voz aguda pero tímida, entrecortada y deliberada, que acompaña a una guitarra eléctrica que a pesar de ser guía de algunas de sus mejores canciones ("So What"), ha cedido espacio a los teclados, órganos y alguno que otro sintetizador.
Más inteligente aún, Isenberg esquiva con excelso talento zonas como el más empalagoso twee o las creaciones insulsas y aburridas. Escondida sin vivos aparentemente visibles, en el corazón del álbum se encuentra una belleza titulada "Overwhelmed With Pride", cuya voz natural destaca en un hermoso pasaje de fondo acústico que respalda una conciencia con ligeros toques de jazz compuestos por trompetas y delicados acabados en piano.
"Oxygen Tank" es otra pieza que deja claro el crecimiento artístico del autor, además de ser la pista más larga de disco; un recorrido que va de la melancolía hacia un final psicodélico, casi al borde del llanto, no obstante, un cambio de dirección conduce a a un solo de guitarra presumible de virtuoso.
La mayor fortaleza de At Best Cuckold es la fuerza para mantener vivo un registro que aparentemente se percibe sin mucha energía cinética, respaldado por una visión artística con mucha vida. Una vertiente del pop bastante olvidada actualmente, a la que se añade algo de magia particular.
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