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Suicide Squeeze / 2020
Luego de tres años del lanzamiento de su álbum debut, las L.A. Witch vuelven con Play With Fire. De nueva cuenta, bajo el respaldo del sello Suicide Squeeze; Sade Sanchez, Irita Pai y Ellie English entregan un material dinámico y honesto. Demuestran lo mucho que han aprendido y mejorado con el tiempo; ejecución precisa, lírica directa.
Para quienes apenas escuchan hablar de este proyecto. Su sonido es, en gran medida, la reverberación del humor de los bares decantes de la periferia de cualquier gran ciudad a las tres de la madrugada. L.A. Witch bien podría ser la banda residente en el Bang Bang Bar, el centro nocturno de Twin Peaks. En la tercera temporada de esta serie creada por David Lynch se presentaron NIN, Au Revoir Simone, Sharon Van Etten y Chromatics. Los paralelismos se entretejen en silenciosamente.
Además de una gira europea, su disco homónimo las colocó en el Levitation del 2018, donde compartieron cartel con Suuns, Slowdive, Chelsea Wolfe, The Brian Jonestown Massacre y Electric Wizard. En febrero del mismo año llegaron a México por primera vez para abrirle a 1000mods en el Foro Indie Rocks!. Aunque nerviosas y poco móviles sobre el escenario, entregaron un show punzocortante y emotivo -familiares de la vocalista y guitarrista Sade (de ascendencia mexicana) se encontraban apoyándola entre el público-.
Si en su anterior placa brillaba el rasposo tono garage; para esta entrega le suben la intensidad al reverb. Play With Fire abre de forma ardiente con "Fire Starter" es un himno contra la apatía, la pieza inicia potente y se va deconstruyendo hacia el último tercio. En "Motorcycle Boy" le ponen dos ruedas a los sentimientos; tricilíndrico canto de amor por un rebelde de la carretera, canción inspirada en los forajidos del cine clásico como Marlon Brando o Steve McQueen.
Recorrido a campo traviesa. "Dark Horse" galopa tenue por un paraje desértico. Rock folk polvoriento. Se trata de no tener miedo a estar solo y perdido. Hay que avanzar con paso firme por encima de las víboras y las brazas ardientes. Así llegamos al lead single que vio la luz de sol en junio: "I Wanna Lose". Renacer de entre las cenizas. La guitarra se vuelve más filosa, la batería acelera y el bajo se torna un tanto más discreto pero gana en precisión. El track motiva a sentirse libres y fuertes porque hemos perdido todo y ahora solo podemos ganar. Implosión.
Entre su programa de giras, la disponibilidad de los estudios y los tiempos de producción, L.A. Witch contó con solo dos meses para escribir la mayor parte del álbum. Las tres escuálidas chicas tuvieron su propia cuarentena creativa durante enero y febrero, previo a la pandemia global de COVID–19 que explotó marzo.
"Definitivamente he aprendido que tener restricciones te obliga a pensar fuera de la caja", señaló la bajista Pai. "Esa estructura realmente genera creatividad de una manera inesperada y abundante".
Por su parte, la frontwoman Sade Sanchez revela que las nueve pistas que conforman Play With Fire son una sugerencia para hacer que las cosas sucedan.
No le temas a los errores o al futuro. Arriésgate. Di y haz lo que realmente sientes, incluso si nadie está de acuerdo con tus ideas. Estos son sentimientos que me han detenido en el pasado. Quiero inspirar a otros a que sean libres pensadores incluso si eso les causa una pequeña quemadura".
Con un pie en el pasado y la mirada atenta en el presente. "Gen-Z", el segundo corte promocional y quinto track en el orden natural del LP, es una sátira sobre la enajenación que producen las nuevas tecnologías. Las redes socio-digitales constriñen las expectativas de vida de sectores vulnerables. El índice de suicidios entre las generaciones más jóvenes es alarmante.
Con la energía del garage rock, "Sexorexia" te deja pensando en la banalidad del contacto erótico. "Maybe the Weather" es una melodía country en clave menor dado el tratamiento cósmico de las teclas de trémolo duro.
“True Believers” nos proyecta de golpe a la escena neoyorquina de finales de los años 70. Punk de los callejones más grasientos. Escupir y correr. Finalmente, con "Starred" las últimas partículas de carbono estallan. Entre un crujir de madera y secuencias espaciales, Sade Sanchez libera a sus demonios internos y los envuelve en un espiritual reverb.
La combustión está completa. Con Play With Fire, L.A. Witch derrite nuestra falsa autoconfianza en el presente y nos impulsa a atrevernos a descender a los infiernos en busca de nuestros deseos de trascendencia.