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Matador Records / Arts & Crafts México / 2015
El exintegrante y cofundador de The War On Drugs, Kurt Vile, ha lanzado su sexto álbum vía Matador. b’lieve i’m goin down contiene doce temas de composición autobiográfica que reflejan cómo cambió su vida ahora que es padre de dos niñas. Grabado en su casa y en estudios del desierto con Joshua Tree, este álbum es una joya bien compuesta, con mayor inclusión del piano, que revela un lado diferente del propio músico, compositor y productor americano, quien no cambia su personalidad: greña larga, guitarra enfundada siempre y un aire de rockstar despreocupado.
“Pretty Pimpin” fue el primer track sorpresa con un video dirigido por Daniel Henry, en el que observamos a Kurt Vile componiendo en un sofá y llevando una vida de lo más normal. Eso es lo que nos hace sentir: como en casa y siendo parte de nuestras vidas cotidianas.
El clásico sonar del banjo se presenta en “I'm an Outlaw”, que nos envuelve en country feelings de ciudades lejanas y abandonadas, donde invariablemente seremos fugitivos e incomprendidos.
“Dust Bunnies”, “That's Life, tho (almost hate to say)” y “Wheelhouse” son piezas donde el recurso de guitarra es tan fuerte que además de navegar por todo el ADN del álbum, nos recuerda lo bueno que es Vile desempeñando su talento en las cuerdas.
Hace poco se estrenó el video animado de “Life Like This”, mismo que fue dirigido por Adam Avilla; el trascendental piano empieza desde aquí con producción más enfocada en ese sonido influenciado por John Coltraine, Randy Newman, Nick Cave, entre otros.
Wakin on a Pretty Daze, el antecesor de b’lieve i’m goin down, nos brindó temas increíbles y de lírica genuina que acabaron por colocarlo dentro del top de los mejores álbumes de 2013. En esta sexta aventura, el cantautor de Pennsylvania nos vuelve a atrapar con “All in a Daze Work” y esa narrativa clarificadora y extraordinaria, mientras que “Lost My Head There” y “Stan Inside” son reflejo del amor que profesa a su familia.
La única pieza instrumental donde el silencio hace lo propio, pero todo se transmite justo a través del piano, es “Bad Omens”. ¿Será un vals de felicidad lo que nos quiere dar Kurt?
“Kidding Around” es un viaje lejano, la guitarra y el coro nos introducen en un paisaje de carretera. Para finalizar, “Wild Imagination” nos da ese remate de melancolía concentrada en un consejo: dale algo de tiempo a las cosas para que sucedan. ¿Es la paciencia el secreto para que las cosas den buen resultado? Kurt Vile lo hizo bien otra vez, llevando una vida cotidiana, siendo un padre en toda la extensión de la palabra, teniendo la firme convicción de grabar uno de los mejores discos en su trayectoria y volver al ruedo solitario que lo distingue.