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Arts & Crafts / 2017
Kid Koala siempre busca innovar dentro de sus producciones musicales. Por ello, cada una de sus creaciones musicales se convierte en una pieza única que se relaciona solo con el momento creativo por el que pasa el productor canadiense. En esta ocasión nos presenta un LP de 18 tracks de los cuales siete cuentan con el acompañamiento vocal de la cantante islandesa Emilíana Torrini. El disco, por lo tanto, se divide en dos; por un lado el trabajo totalmente ambiental de Kid Koala y, por el otro, la combinación de ambos talentos.
Existe un prejuicio con la música ambiental, pues se suele pensar que ella es un mero acompañamiento para una charla o cae en el cliché de la música de elevador. Sin embargo, el trabajo que a lo largo de los años el canadiense nos ha presentado, le da un giro total a esa idea y presenta un sonido que incita al escucha a mantenerse atento a las capas sonoras que va construyendo en cada una de las piezas.
Kid Koala es un curador de la experiencia auditiva y en Music to Draw to: Satellite se muestra en la forma de concatenar los sonidos a lo largo de cada una de las 18 canciones. Hay una historia sonora que se va desdoblando a lo largo de las canciones y no solo por medio del título de las canciones, que si bien funciona como pista de que hay una historia detrás, solo por medio de la música ella queda develada.
Al crear esa clase de proyecto musical, cada una de las canciones quedan desprovistas de su ser único como canción. Es complicado seleccionar tracks destacados porque se le quita el sentido a la obra en su totalidad. La recomendación es escuchar todo el LP con paciencia para que la historia se vaya develando de forma automática, ese es uno de sus grandes aciertos, pues, no se necesita estar totalmente consciente de la historia para poder vivirla. Las capas sonoras que el autor nos presenta encajan perfectamente una con la otra. Así, el acompañamiento de Emilíana Torrini se convierte en el punto nodal de la obra.
El acompañamiento vocal que le da a canciones como: “Satellite”, “Collapser” o “Fallaway” combina a la perfección con el plan maestro que va construyendo Kid Koala y, así, se demuestra que el curador musical nunca descansa hasta que consigue el sonido que busca en el momento indicado. El disco se recomienda totalmente porque sale de la lógica del mundo musical actual y nos presenta una obra que puede ser disfrutada sin presionarse y como su título lo indica para dibujar, un satélite o nuestros sueños.