7
Dead Oceans / 2019
25/Abr/2019
El uso del imaginario religioso en la música no es ninguna cosa nueva. Basta voltear a ver al góspel como disciplina para entenderlo, o recordar algunos otros experimentos también: desde la famosa sinfonía adolescente dedicada a Dios de Brian Wilson, hasta el más reciente Sunday Service de Kanye West y aquel Father, Son, Holy Ghost de Girls hace unos años, solo por nombrar algunos. Dios y todo aquello que gira en torno a su mitología ha aparecido como punto de partida para crear y generalmente funciona bien.
Kevin Morby bien podría ser el artista más reciente en comprobarlo. Su nuevo disco de estudio, el conceptual Oh My God, presume haber sido creado a partir de una premisa: Dios y la relación de nuestra cultura con él, desde la percepción más profunda, hasta la más superficial. ¿El resultado? Un puñado de canciones que conforman el mejor disco de Morby hasta la fecha y una de las conversaciones musicales sobre religión menos interesantes que se hayan hecho hasta hoy.
Oh My God es un disco que se siente tan atinado como desafortunado. Aquí hay un Morby mucho más efectivo que el de Singing Saw y tremendamente mejor ejercitado que el de City Music. Si con cada nuevo disco supera su capacidad de composición, es aquí en donde encuentra su punto más alto. Se puede escuchar en “Nothing Sacred / All Things Wild” y su construcción y en la agilidad de “OMG Rock n Roll”. El tipo es más cuidadoso que nunca y muchas de las canciones son resultado de esa disciplina.
Pero es en el concepto en donde cojea. Su acercamiento a la religión es tibio, poco interesante y más un capricho que un verdadero ejercicio de escritura. Por cada buena decisión en la estructura de una canción, hay otra en su discurso que no termina por completo de cuajar. Si en los experimentos mencionados la religión servía como catarsis, aquí es meramente un artificio de buenas canciones.
La portada de Father, Son, Holy Ghost de Girls se conformaba de los nombres de las canciones puestos en continuación, una tras otra, como reafirmando que el disco entero era un concepto difícil de descifrar. Con cada vuelta arrojaba sorpresas y con cada nueva escucha se sentía distinto. La de Oh My God es Kevin Morby frente a una figura religiosa en una habitación y su contenido también se puede reflejar ahí. Son las mejores canciones que ha hecho hasta el día de hoy, pero vendidas como un paquete conceptual que está lejos de todo aquello que uno hubiera podido esperar de su fuente principal.
9
Nacional Records / 2019
25/Abr/2019
El dúo argentino formado por Rafa Caivano y Lisandro Sona (DJ Sandro de América) ha sido muy importante en la dinámica de las pistas de baile en los últimos años, su peculiar estética futurista/extraterrestre y su sonido que lleva la mixtura de los ritmos latinos al éxtasis, les ha valido el protagonismo en la escena y los han llevado a varios rincones del mundo.
Si a este par le hacía falta algo, ya lo tienen, otro material dispuesto a hacer bailar hasta al más timorato de sus escuchas. Frikstailers es una licuadora en donde los ritmos del mundo se mezclan; el hip hop, el funk, la cumbia, el techno, lo que se les ocurra, y por supuesto que su nueva producción Extrasolar no es la excepción.
Extrasolar es un disco que envuelve, hipnotiza y te hace bailar, está formado por 12 canciones y comparado con los trabajos anteriores, muestra un lado potente más consolidado, incluye cuatro colaboraciones con otros artistas que dejan un sabor muy agradable.
Lo primero que suena es una introducción llamada “Intro Nebular” minuto y seis segundos de una “secuencia” con algunos sonidos en la atmósfera que te preparan para el primer track “Cosmic Address”, canción que hasta en el nombre le hace honor al concepto extraterrestre, el banderazo para mover la cadera intergaláctica.
El primer sencillo de este material se llama “Afrotrip”, un trancazo a los oídos con sonidos africanos, un ritual de la fiesta que ya se escucha desde hace algunos días. Las colaboraciones son sobresalientes, “Brinca” es la primera en orden de aparición, potente y con el sello del global bass, Mateo Kingman con su peculiar estilo de cantar le da realce a la canción.
“Heridas” es un track en donde La Yegros es la protagonista, la interprete argentina canta sobre una pista muy a su estilo que amalgama a la perfección. “El Mito” es una cumbia muy enérgica, imperdible, donde Aterciopelados (Andrea Echeverri) interpreta una letra fuerte. Por último está “Last Chance”, una colaboración con Marrón vocalista de Ventilader. Esta es la última canción del disco y la más tranquila ideal para cerrar un aquelarre de ritmos.
Es un disco redondo, otros temas como “Bungalow”, “Murga de los Gatos”, o “Persecuta” son juguetones, constantes y divertidos, incluso el orden le da un sentido al álbum. Frikstailers superó su trabajo anterior (y eso que ya era bueno), y con esto abre su abanico a un set en vivo sumamente fuerte y amplio.
Al parecer a los argentinos les cayó bien radicar en México, y seguramente esta producción los hará girar por el mundo porque es vanguardista y merece sonar por todos lados.
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Avisos