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Kevin Drew
Darlings
Arts & Crafts
2014
Inevitablemente, en muchas ocasiones ocurre que grandes y consolidadas bandas llegan a un punto en su nivel de creatividad en el que se estancan y deben decidir si continuar o no con el proyecto. Mientras tratan de resolver su futuro pueden suceder dos cosas: anunciar un tour de reencuentro que les lleve por las ciudades más importantes del mundo para hacer caja, o bien, que algunos de sus miembros se embarquen en una carrera en solitario aprovechando el rebufo del éxito de la banda.
Este último es el camino por el que se han decantado momentáneamente los afamados Broken Social Scene, puesto que su carismático líder, Kevin Drew, lanzó hace escasas semanas su segundo trabajo como solista titulado Darlings. Se trata de un álbum mucho más maduro (siete años han pasado desde Spirit If…), en el que se observa un esfuerzo más centrado por intentar escapar de la órbita de los sonidos creados en su proyecto colaborativo.
En consecuencia nos encontramos con melodías más refinadas y honestas, en las que su reveladora composición nos deja entrever como Drew ha priorizado las conexiones líricas y emocionales a los pedales de guitarra y retoques de estudio, dando como resultado canciones que carecen de esa emotiva grandilocuencia que tanto caracterizaba a BSS.
Once temas de clara tendencia pop que comienzan con una brillante introducción acústica llamada “Butter Body”. Suaves rasgueos de guitarra y etéreos sintetizadores nos recuerdan rápidamente que su famosa extravagancia no la ha perdido. Enseguida encontramos su primer gran sencillo, “Good Sex”; uno de los cortes más pegadizos del disco. Nervioso y excesivamente directo, narra la desaparición de los ideales románticos en la época tecnológica en la que vivimos.
Tras atravesar un pequeño valle con “It's Cool”, el oriundo de Toronto vuelve a coger ritmo con “Mexican Aftershow Party”, un tema en el que la electrónica se convierte en protagonista y nos hace mover los pies sin parar.
Según avanza el disco es fácil darse cuenta de que se trata de un trabajo más profundo y meditativo, en el que el tempo toma relevancia en canciones como “Bullshit Ballad” que nos deja un gran sabor de boca nos queda gracias a las arqueadas líneas de guitarra que brillan a través de las atmósferas viciadas por la distorsión.
Por último, llegando a casi el final del disco, llega “You In Your Were”, una inquietante ensoñación marcada vagamente por los arpegios de guitarra de estilo math rock. Un entusiasta largo crescendo, de ritmo similar al Neon Bible de Arcade Fire.
Estamos ante un LP más heterogéneo y delicado en el que queda de manifiesto que Drew es un compositor con un talento excepcional, de mente extraordinariamente sucia y con una interesante forma de expresarlo. Todo un genio que ha sido fundamental a la hora de definir y dar forma a una era en la historia de la música indie canadiense.