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BMG Rights Management / 2019
Semanas previas al lanzamiento de Meddle (1971), Adrian Maben perdió su pasaporte en uno de sus recorridos por Nápoles. Para que el extravío no se quedara únicamente en un acto de distracción, el director aprovechó el tiempo junto a David Gilmour, Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason.
10 años después de la grabación de “Echoes” y “One Of These Days” en Pompeya, Ronald Reagan asumió la presidencia de los Estados Unidos y a través de la declaración de la Ley Mordaza Global (GGR por sus siglas en inglés) dejó claro que la garantía de los derechos sexuales y reproductivos no sería una de sus preocupaciones.
¿Qué tiene que ver Adrian Maben, Pink Floyd y Ronald Reagan con Lux Prima?
Los 11 años que transcurrieron entre una llamada desde Londres y una entrevista con Rolling Stone fueron suficientes para que Karen O y Brian Burton encontraran la forma de explicar el concepto de su trabajo colaborativo.
Desde el punto de vista de Danger Mouse, los nueve temas de Lux Prima siguieron una suerte de Back to the Future: Hagámoslo y a ver qué resulta. Siempre se puede hacer más música y arte si no hay preocupaciones alrededor.
Si bien Orzolek y Burton mantienen distancia en la concepción de lo que la música representa en sus vidas, la diferencia entre proclamarla como una religión y mantenerse al margen no es un factor que impida un punto en común. Para ambos, la creación musical forma parte de un ciclo que convierte a sus intérpretes y compositores en “creadores y defensores de todo”.
¿Qué se podía esperar de la colaboración entre dos personalidades que han estado en la lista de los Grammy, Golden Globes y Oscar? Un álbum conceptual con una narrativa apoyada en la turbulencia del cambio. En sus palabras, Burton sugirió “una respuesta a la sensación de urgencia de reinvención propia”.
Bajo estos ejes, en 2015 y 2017 Karen O y Danger Mouse construyeron una analogía entre la duración de su tema de apertura y el tiempo que les tomó producir el álbum. “Lux Prima” puede describirse como una fusión de elementos de jazz y trip hop que da cuenta de las ambiciones sonoras para evidenciar a la música como concepto artístico.
La concordancia entre la armonía instrumental, el dinamismo de los tonos de voz de Karen O y la apelación a una atmósfera cinematográfica permiten establecer un vínculo doble entre los nueve minutos de “Lux Prima”: Por una parte, remiten a los rasgos distintivos de Michael Kiwanuka en Love & Hate (2016) y por otra, demuestran que la dupla se aleja del garage rock de Yeah Yeah Yeahs, el repertorio de Crush Songs (2014), Dark Night of The Soul (2010) y Rome (2011).
La sugerencia (poética) de considerar al amor como una vía de libertad y el equilibrio disco-funk de “Turn The Light” podrían dar por sentado que Karen O y Danger Mouse han sido amigos íntimos por años y que, entonces, Lux Prima fue planeado desde el día en el que coincidieron en un evento de Iggy Pop en 2004.
Si bien los músicos siempre tuvieron vínculos profesionales y afectivos en común –ejemplo de ello es la amistad de Danger Mouse con Nick Zinner–, Lux Prima fue el primer acercamiento de ambos, pues a través de la composición lírica conocieron sus hábitos (e inseguridades) musicales y personales.
Uno de los momentos en los que se puede apreciar el ir y venir entre el compañerismo y la competitividad es “Ministry”. En este segundo track –mismo que O declara como su favorito– Danger Mouse pone a prueba su creatividad y traslada las notas de la guitarra hacia el teclado. Por su parte, Karen se apropió de palabras que necesitaba para enfrentar un periodo vulnerable.
A través de versos como "Miles de hojas me entierran bajo sus ojos y la brisa me dice que aún no es tiempo", la cantautora encontró una forma de destruir el ego de una forma positiva y de componer para alguien en específico: Django, su hijo.
Para Karen O, la música siempre ha implicado dos cosas: El uso constructivo del enojo y el desplazamiento constante de las zonas de confort. Dentro del catálogo de Lux Prima, la línea que marca el eje discursivo de canciones como “Leopard’s Tongue”, “Woman”, “Redeemer” y “Drown” es el grito del Time’s Up.
En el caso de “Redeemer” son las guitarras a cargo de Nick Zinner lo que guía el equilibrio entre el poder y peligro para darle resonancia al mensaje de los cazados se convierten en el cazador. Al igual que en “Drown”, las tonalidades sonoras en azul y negro de “Redeemer” recuerdan la capacidad de Karen O para construir atmósferas líricas y motivos musicales. Al escuchar ambos temas es posible que la memoria remita al soundtrack de House of Wax (2005) o al performance de “The Moon Song” en los Premios Oscar de 2014.
Por su parte, la enunciación de versos de apertura que denotan voz y decisión propia (“Leopard’s Tongue”) y la repetición de coros que exclaman fuerza y una afirmativa de “¡No me vas a joder!” (“Woman”) resultan significativas en los días post Weinstein y en los que 1.5 millones de personas manifestaron su rechazo al presidente de uno de los países más poderosos del mundo.
Lux Prima fue planeado en un ambiente político volátil y su producción se empalmó con declaraciones misóginas (xenófobas, homofóbicas y racistas) y mensajes que dieron resonancia a la mordaza global por parte de Donald Trump.
¿Es esto a lo que se refería Danger Mouse con Back to The Future?, ¿Siglo XXI y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres siguen siendo materia de negociación como en el mandato de Reagan?
Desde la perspectiva de Karen O, escribir y crear desde un punto borroso implicó considerar a la música como canal de comunicación universal. En un ambiente marcado por la voz de “¡Ese no es mi presidente!” y del rechazo al discurso de Make America Great Again, la salida de la zona de confort no se limitó al acercamiento a los ritmos del pop o al concepto de Lizzy Goodman. “Woman” apeló a constituirse como una canción que recogiera las consignas del 21 de enero de 2017.
Para Danger Mouse la vida se divide en un antes y después de escuchar a Pink Floyd. Además de ser la banda que lo hizo entender a la música bajo un concepto artístico, reconoce que la producción audiovisual de Adrian Maben es lo que inspiró el viaje cíclico al lado de Karen O.
Lux Prima inicia con el rechazo al reflejo del sol sobre el cristal y termina con la invitación a la introspección de un paraíso ajeno (“Nox Lumina”). La comunicación entre el punto de partida y el de la recta final hace imposible que su representación funcione con esquemas tradicionales.
El flashback hacia Pompeya en 1971 debió servir como advertencia de lo que puede suceder con la combinación de ambiciones cinematográficas, estilos de composición que remiten a Ennio Morricone y compromisos políticos.
Pese a la negativa (o tal vez error) de The Guardian y Pitchfork de evaluar a Lux Prima con más de tres estrellas, los planes futuros de Orzolek y Burton respecto a la instalación de An Encounter With Lux Prima dan cuenta de que –como lo declararon Karen y Danger Mouse– trabajar desde ceros tiene sus ventajas ¿Una de ellas? Responder a la sensación de urgencia de reinvención propia.