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XL Recordings / 2018
El éxito es algo difícil de manejar, más cuando es inesperado, como en el caso de Jungle con su álbum homónimo. Es un juego tramposo, por la presión que implica mejorar tu sonido y crecer como agrupación. Jungle confesó para Billboard que se llegaron a sentir “atrapados por la fama del primer disco”; shows agotados, una nominación al Mercury Prize, canciones en videojuegos y la expectativa de miles de personas. “Tienes que mostrar algo nuevo, así como añadirle tu personalidad… pero es complicado porque tienes que preguntarte quién eres y qué es lo que haces, comentó en la misma entrevista. Ahora la agrupación inglesa regresa después de un largo hiatus con For Ever, un disco que nos muestra nuevas facetas del grupo, con una narrativa mejor construida, pero conservando su estética funk soul envuelta en falsetes que produce un efecto inmediato: bailar. “Happy Man”, uno de los cuatro sencillos es un claro ejemplo de esto.
“Smile” es el inicio perfecto, poco a poco las percusiones y los gloriosos sintetizadores van aumentando la energía hasta que el coro “won’t let you fall, no, ahhhh, won’t let you fall, no, ahhhh” termina con un inmenso grito que eriza nuestros cuerpos. Al principio de “Heavy, California” la pista de baile está lista, las luces de la bola disco apuntan directo a las cuerdas del bajo, que a su vez se reflejan en el sonido de los sintetizadores para rendir tributo a la música disco de finales de los 70.
En For Ever, Jungle se atrevió a salir de su zona de confort, experimentando con nuevos ritmos y géneros. “Beat 54 (All Good Now)” es un ejemplo de esto, con una base mid tempo funk y elementos de hip hop y cuerdas, le da una vibra diferente al disco. “Casio” es otro caso, el juego de voces agudas y graves, aplausos, un sexy bajo, sonidos pegajosos, así como la participación de Rudi Salmon crean una nueva experiencia de escuchar a Jungle.
Como recientemente Tom McFarland comentó a Indie Rocks! el disco envuelve diferentes emociones. “Cada canción cuenta una historia”, en el caso de “Cherry”, marca el final de una relación, la necesidad de cambiar rumbos para poder crecer, con la esperanza de encontrar a alguien más, “I wish I could protect you, that was all wasted, flower something new, I wish I could perfect you, I was wrong they say, now I'm over you”.
“House in LA” inicia con las delicadas notas de un teclado, pero lo que parece ser un sonido omnipresente de las hélices de un helicóptero, la intensidad de los panderos y las efusivas cuerdas abren espacio a una bomba de sentimientos. El proceso de darle un nuevo sentido a tu vida, lejos de casa y el miedo de dejar ese lugar: “I feel alive in the sunlight, all my fears are only real life, two whole years on the rewrite, tell my friends I'm gonna be right there”.
“Give Over” es una interesante propuesta entre ritmos dubstep, voces distorsionadas, coros y hermosas cuerdas. Así como “Cosurmyne”, cuya fusión de distintos géneros como el soul, R&B y jazz, es una de las fórmulas más arriesgadas de Jungle hasta el momento. “Home” es como estar bajo el agua, y el ritmo de las teclas parece el sonido de las burbujas liberando el aire en la superficie, produciendo un tono muy parecido al de un arpa. “Pray” termina por confirmar que los arreglos de cuerdas son el instrumento mejor logrado en el álbum.
For Ever va de un escenario a otro musicalmente y líricamente. Es una muestra más profunda de las capacidad de composición de Jungle, creando estructuras más complejas y explorando nuevos territorios musicales. Un trabajo más descriptivo y personal que termina de definir el estilo de la banda.