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Domino Records / 2018
29/Nov/2018
En una jaula invisible, controlados por agentes externos y gobernados, la mayoría de las veces, por nuestra propia mente, la música se vuelve una válvula de escape, tanto para quien la compone como para quien la escucha; es un arte antiguo que evolucionó con experimentación y nuevas tecnologías. Para su quinta producción de estudio, Julia Holter decidió volver a la esencia de la música medieval, con vibratos inhumanos y orquesta imperfecta intencionada en Aviary, para destacar el caos del mundo que vive en su cabeza. El álbum doble contiene 15 temas que exploran entre sonidos de la música del siglo XV, incluye referencias literarias y está basado en la serie de historias Master of The Eclipse de Etel Adnan.
En este disco, la norteamericana tiene como lema ‘los sentimientos de la cacofonía’ y abre con “Turn the Light On”, un track instrumental que brinda seis minutos de tranquilidad; “Whether” habla de las decisiones divididas en un mundo lleno de moldes y etiquetas; “Chaitius” viene de un corte de era feudal, con susurros al medio y mezcla de sensaciones; “Voce Simul” genera desconcierto global y “Everyday Is an Emergency” transforma sonidos de gaita en una alarma perturbadora.
Los sueños cambian, a veces pesadillas, otras tantas se vuelven lúcidos, pero expresan lo que hay en el inconsciente. Para Aviary, Holter tuvo un sueño donde se encontró sola en una jaula llena de aves cantando. El sueño fue tan revelador, que decidió seguir esa temática para el sucesor de Have You in My Wilderness (2015); “Another Dream” es una canción que habla de esta experiencia, mientras que “I Shall Love 1” y “I Shall Love 2” revelan sus dudas ante el desamor, haciendo la pregunta retórica por excelencia sobre si debe arriesgarse de nuevo u olvidarse.
El contenido de Aviary es denso e imperfecto, puntualiza los defectos del mundo actual e incluye textos y lírica en latín; si hubiese que ponerle una etiqueta a este trabajo, la tarea sería bastante compleja, pues según la propia cantante. "Es difícil encontrar las palabras en ello, se volvió una exploración de sonidos en un momento donde me quedé sin palabras". En el último tercio del disco destacan “Les Jeux to You”, con pop europeo de los años 70, “Words I Heard”, con serenidad al piano y una melodía que acompaña la voz desgarradora de Julia y el epílogo del complicado con “Why Sad Song”, que remembra la música instrumental, experimental con la que este álbum juega en su quincena de temas.
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Buen Dia Records / 2018
28/Nov/2018
Leía Twitter evitando quedar dormido porque conducía de noche. Imprudente. Encontré un encabezado de un medio rosa; le di retwittear por gracia. Al primer segundo ya tenía un Like; cuando descubrí a quién le “había encantado” me estampé con la acera, el impacto me dejo idiota. Lo analítico no es mi irresponsabilidad sino mi rabia por un puto Like.
Esa misma rabia e irresponsabilidad, tal cuál como el choque, me sucedió hace unas semanas, todo por culpa de un tal Baby Nelson, ahora Nelson y los Filisteos. ¿Pop violento? Patrañas. Así de irresponsable soy con mis lealtades, ¿por qué? porque me reventó la cabeza: ¡Es extraordinario!
Alonso Esquinca, Zuri Landeros, Ulises San Juan y Sebastián Villalba son fundadores de este proyecto impúdico procreado en Guadalajara. Ya tienen un recorrido truculento y sumamente inmoral, y para dejarlo seriamente confirmado, nos traen ésta belleza: Nunca antes, nunca otra vez. Un álbum hocicón y egocéntrico que ha logrado motivar a sus escuchas a revelarse ante la actualidad. ¿Asquerosa realidad? tan grotesca que los bendice día con día. Grabado de día y noche por Abraham Dip y Richard con la colaboración de Alan Douches, entregan un material completo que rebasa por mucho su anterior EP, Tibio.
Conformado por 12 tracks, “Los Nelsons” abren el debate de lo correcto e incorrecto de nuestra generación, arrumbando lo pretencioso y dando paso a un análisis reflexivo de cómo convivir con los fanáticos morbosos. Es solo tener la intención de adentrarte en la queja ruidosa y darle play a “El nueve”, tema que lo apertura: un bajo violento que en segundos es respaldado por un bombo aturdido un par de cuerdas eléctricas que abren la conversación. ¿Fantoche? descúbrelo tú mismo.
Sin aviso, “No entiendes” te inspira a reventar el auricular, a desmembrar la greña o la propia cabeza rapada; con tan solo 1:24 segundos este punk elegante y sin tanta falta de comprensión nos incita a dejar de creernos competentes. Y nuevamente, ese bajeo apretado nos empuja a un slam fatalista con "Tres policías (van al cine)”, sí, inspirado en esos cerdos que se divierten en un cine, ¿bromista? más bien ridículo. “Bien maniacón” es la cuarta canción de la cual ya lo adorna un video capturado en una zona de la CDMX; con un sonido íntegramente provenientes de esos tradicionales instrumentos del rock indecente y poniendo en la mesa lo imbécil y lo hermoso del vivir.
El mal viaje cuestionador de este punk millenial corre [obviamente] veloz pasando por “El otro velódromo”, “Látigo potente” y “Eras una playa”, tracks cortos [como todos] que cuentan escenarios reales y absurdamente cotidianos. ¿Oportunistas? lo disfruto más como narradores implacables. Como "Uno más”, el No. ocho: guitarrazos incontrolables que cantan por ellos, con coro abrumador que nos incita gritar a su par: “¡Somos unos [putos] más!”.
Sin piedad, “Primer mundo de segunda mano” [¡adorable título!] nos ayuda a llegar al final, en donde los impactos (como mi accidente) nos despiertan de la cansada realidad, dejando de lado el adictivo entorno y enviciándonos de golpes más reales que nos sega la misma actualidad. “Camina sobre mí”, como uno de los temas más largos de esta última producción, es encantador: “siento tu peso en mi espalda, no sé qué sientes, ¿cuál es tu punto de olvidar?”.
¿Discrepante? todo lo contrario: es cruel y anormal, vibrante y agresivo, duro y macizo, incoherente e irónico. Perfecto y necesario. ¿Para ti? no, PARA TODOS.
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