9
Lil' Chief Records / 2018
04/Jul/2018
Después de tres años de su última producción solista A Little Night Music, el cantante y compositor neozelandés Jonathan Bree regresa a la escena musical con Sleepwalking, su tercer álbum en solitario. Dejando atrás el pop bailable de The Brunettes, Bree nos entrega un álbum de pop inquietante, misterioso y sofisticado.
Definir Sleepwalking no es sencillo, tiene matices entre el amor y la confusión que se entrelazan con los hermosos tonos bajos para enmarcar la complejidad de las relaciones amorosas, con voces suaves que narran historias que difícilmente sabrás si son reales o solo son sueños.
Las primeras notas destacan de forma tan refinada que por un momento parecen imperceptibles en la canción homónima del álbum “Sleepwalking”, track que nos adentra en una fiel introducción de lo que nos presentará el compilado de 11 canciones. Le sigue “Boombox Serenade (feat. Crystal Choi)” que en el momento de clímax tiene una ruptura en frío para dar paso a “You’re So Cool”, canción que nos habla de una relación amorosa que confunde la mente del autor al estar cubierta de responsabilidades inquietantes.
No se puede hablar de "Say You Love Me Too” con Clara Viñals sin centrarse en la estética del video, Jonathan juega con su propia identidad y con las expectativas que se tienen sobre su trabajo musical en sus videos musicales. Los colores, la vestimenta e inclusive los movimientos parecen rescatar una esencia sesentera acompañada por personas con máscaras blancas que no dejan apreciar los rasgos faciales resultando perturbador.
“Static” mezcla la dulzura de la voz de Princess Chelsea con la voz distante de Bree para formar una mezcla surrealista que resulta difícil de escuchar una solo vez. Cabe destacar que las colaboraciones en el compilado logran retratar el dualismo de las historias, señalando que existen varias versiones de un hecho y cómo algunas de las cosas que sentimos reales no lo son ¿Estamos despiertos o todo es un sueño?
“Fuck It” es el final perfecto para Sleepwalkin, una melodía que te lleva por la supervivencia de los más débiles mientras Jonathan reconoce sus limitaciones y muestra las posibles alternativas para seguir adelante.
A diferencia de su trabajo con su también grupo The Brunettes, las producciones solistas de Bree nos muestran una visión más completa, compleja y oscura de la estética y los sonidos influenciados por la década de los 60, logrando así que Sleepwalking no solo sean canciones e imágenes, sino parte del arte pop que podemos apreciar hoy en día.
8
RCA Records / 2018
04/Jul/2018
Desde sus inicios Lykke Li se ha caracterizado por sus letras llenas de temáticas tristes en las que el dream pop era su carta fuerte, pero parece que dio un giro bastante arriesgado al lanzar So Sad So Sexy con sonidos que no le quedaron tan mal.
El cambio de disquera —de Warner a RCA (Sony)— parece que fue una buena idea para poder hacer un disco más abierto y rítmico ya que en este material podemos encontrar más influencias de R&B y la separación de su productor de cabecera Björn Yttling sustituyéndolo con personajes como Rostam, Malay, Skrillex y T- Minus, quienes buscaron darle ese toque melancólico, pero rítmico.
Los primeros tracks "hard rain" y "deep end" toman como base una historia loca y apasionada que contienen un cumulo de emociones. En la primera canción habla sobre la importancia de luchar por lo que uno quiere, mientras que en la segunda, Lykke Li busca que luchen por ella y saber si el sentimiento es verdadero, todo esto a ritmo de R&B.
La única colaboración del material es con Aminé en "Two Nights", en el que la sueca ahora se preocupa por su compañero y cuestiona su fidelidad. A lo largo de los casi tres minutos y medio de duración escuchamos una especie de balada que busca explotar entre el estribillo y el coro, pero no es hasta la intervención del rapero que el trap es una respuesta a los cuestionamientos.
Al paso del LP podemos ver el proceso de una relación que va desde el encuentro entre las almas, hasta el abandono o al menos eso refleja "last piece" en el que la también ex-integrante de LIV pide que no le destrocen completamente el corazón para que la recuperación no sea tan drástica.
Siguiendo con la montaña rusa de emociones se cuelan "sex money feelings die" y "so sad so sexy", tema que le da nombre a la placa y que nos habla sobre la ruptura que no siempre se da en buenos términos, o sea, las que te dejan marcado.
Ya cerca de la parte final del material, la resignación se hace presente en "better alone" y "bad woman", que en general dice que la soledad a veces no sienta bien y en la otra canción toma parte de su papel en la relación mencionando que cometió algunos errores, pero que para no estar mal eviten el distanciamiento.
Luego de mostrar un vaivén de sentimientos el cierre es "utopia", tema con el que Lykke Li dice de manera tranquila "ok, no terminemos y hagamos una relación utópica en el que estemos enamorados para siempre".
Tal parece que la también compositora de 31 años busca crecer en la música (a nivel comercial) y tomó un riesgo bastante alto que dista mucho de lo que fue I Never Learn, su último material con Warner. Esperemos que la frase "el que arriesga no gana" sea aplicable en esta talentosa cantante.
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