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New Voodoo Records / 2018
Podríamos marcar el regreso del ex guitarrista de The Smiths con la publicación de su autobiografía, ya que ésta le regresó cierta notoriedad y posiblemente lo impulsó a destapar un tercer álbum de estudio. Fue en febrero del 2017 cuando el ídolo británico habló sobre los avances de su siguiente material discográfico, algo que emocionó a todos sus seguidores por la innegable calidad del músico y por especular colaboraciones con Beck e incluso Hans Zimmer. Aunque las uniones no se dieron, la condición de Marr como una de las figuras más importantes en la historia del Reino Unido, hacen que mantengan altas expectativas. Si tiene éxito puede consolidar su carrera en solitario, si no es así será otro astro británico que tendría que tirar la toalla y vivir del recuerdo.
Comenzamos con “Rise”, un inicio desequilibrado y confuso por la mezcla de los oscilantes sintetizadores y agresivos riffs. Con un estilo demasiado extravagante y efectos vocales obsoletos, muy al estilo de Muse, lo que nos deja un muy mal sabor de boca.
“The Tracers” es otro caso, a pesar de que mantiene cierta velocidad y exuberancia, hay una vibra obscura misteriosa en este track. Johnny Marr da un vistazo a los sonidos del pasado, pero busca mantenerse fresco y adaptar todo a su favor. Mientras da un paso atrás, le siguen dos adelante.
Con “Hey Angel” se vuelven a repetir los mismos errores del principio, causando temor de que sea una constante. Volvemos a ver un impresionante trabajo de guitarra, sobre todo con el solo, pero tanto protagonismo se vuelve pesado durante los versos y estribillos. También hay que recalcar, ya nadie usa ese tipo de efectos vocales, queremos escuchar a nuestros artistas vulnerables, no llenos de artificios.
“Hi Hello” es uno de los temas a destacar, ya que todos los fanáticos de The Smiths encontrarán un tema de jangle pop que recuerda mucho al disco Strangeways, Here We Come. Las similitudes son tan marcadas que solo nos queda imaginar este sencillo cantado por Morrissey.
Sabemos que Johnny Marr le da mucha importancia a la guitarra, y con justa razón. Pero en “New Dominions” damos un giro de 180 grados: los riffs se ven superados y reemplazados por una gran cantidad de sintetizadores y una caja de ritmos. Es un cambio drástico, pero también positivo, ya que el británico demuestra que puede lograr dinamismo hasta en lo más elemental.
A esta altura podemos decir que Call The Comet es un disco versátil, donde el ídolo de Manchester no ha querido seguir una línea. Es por eso que causa desconcierto la velocidad con la que regresa al jangle pop con “Day In Day Out”, aunque es una sorpresa grata. Aquí el sonido de The Smiths no es tan certero, pero la técnica vocal de Marr se asemeja mucho a la de su ex compañero.
En todos los temas Johnny ha mostrado su enorme evolución como letrista. Ha encontrado metáforas e imágenes poéticas para mostrar su perspectiva optimista en un mundo problemático, lleno de violencia y figuras nocivas. Ahí resalta “Walk Into The Sea”, ya que da más a la introspección por su tono más apacible. La música de Johnny Marr es comprometida con el enfoque humano y liberal, a diferencia de Morrissey.
Ahora, con “Bug” el británico demuestra que no solo sabe dar guitarrazos, también tiene instinto para las melodías. La estructura de la canción es algo peculiar, pues hay algo de funk en las guitarras, pero el estilo es una mezcla beatlesque del brit pop de Manchester.
“Actor Attractor” y “Spiral Cities” terminan con la buena racha de Johnny Marr. Aunque se mantiene el factor experimental con la adición de sintetizadores y unas guitarras con diferentes texturas, el músico no sé ve cómodo y no logra convencer.
De último minuto, el disco se recupera con “My Eternal”, toda una suerte ya que estamos cerca del final. El interprete, una vez más, vuelve a mostrar gran personalidad y solidez, a pesar de que no es un estilo que domine y tengamos sintetizadores que recuerdan mucho a Gary Numan.
El cantante cierra con "A Different Gun". Cuando ya no le podríamos pedir más, saca una de las ultimas cartas que tiene y nos vuelve a asombrar con la enorme calidad de su trabajo. Es un magnífico final, pues no solo concluye con la mejor canción del disco, sino con una de las mejores publicaciones de su carrera.
Poco después del estreno del álbum, Johnny Marr comentó que esto era lo más completo que había hecho en su carrera. Es difícil saber a qué se refiere con completo, pues aunque hay partes verdaderamente brillantes, los errores son muy marcados y repetitivos, tanto al comienzo como al final del disco. Aun así, es innegable que este es el disco que necesitaba el músico para que la gente creer en él como solista.