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Ribbon Music / 2018
“Renovarse o morir”, una máxima que aplica en varias industrias creativas, entre las cuales la música no es excepción. Y parece que John Maus se hizo consciente de eso, después de tener una carrera totalmente underground y rebelde, lo que parecería ser una consecuencia de haber pertenecido a la banda de Ariel Pink. Pero a diferencia de tener un comportamiento pretencioso como el susodicho Ariel, John es un músico sumido en sus complejas ideas.
Además de dedicarse a la composición, tiene un doctorado en ciencias política y es filósofo. Basta ver alguna de sus entrevistas, para entender que lo suyo no es un acto y verdaderamente tiene una mente enredada. Pero dentro de este caos, comprendió que también es importante la adaptación, por lo cual ha empezado una transformación en su música y performance. De salir en solitario de forma improvisada y cantar como en un karaoke, ahora, en su más reciente gira ya cuenta con una banda y mejor presentación.
Addendum (2018), es una consolidación interesante entre una propuesta por hacer música que puede ser del agrado comercial, pero que mantiene firme su base experimental lo fi y gótica. Esto lo podemos apreciar desde la primera canción “Outer Space”, que muestra una melodía agradable y sencilla de entender, así como “Dumpster Baby”, que pese a su letra incomprensible uno la puede tararear. Aunque rápidamente llegamos a “Episode” y “Drinking Song”, que de nuevo retoman esa estética aplastante de materiales previos como We Must Become the Pitiless Censors of Ourselves (2011).
El disco es bastante sólido con canciones con un ritmo acelerado y bailable como lo es “Figured it Out”, y en menor medida la caótica “Running Man”. Por fortuna, si queremos encontrar piezas densas todavía podemos disfrutar de “1987” con su estática oscura y un genial bassline, así como “Privacy” que se enfoca en las distorsiones de guitarra y coros que se transforman en ecos que se pierden en la lejanía. El material cierra en una nota positiva y graciosa con “I Want To Live”, que hace un contraste perfecto combinando la grave voz de Maus con unos sintetizadores agudos. Posiblemente, una de las mejores piezas de este compositor en bastante tiempo.
Si bien John Maus no ha innovado radicalmente en su carrera, es notorio este esfuerzo por sobrevivir en un mercado competitivo, sobre todo, para ser considerado en festivales y eventos. Esperemos que próximamente tengamos la oportunidad de ver en vivo en nuestro país, esta nueva faceta del singular músico.