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Sacred Bone Records / 2016
El aclamado director de cine John Carpenter, conocido en los 70 y 80 por aquellas películas de terror de dudosa calidad en la producción, pero chidísimos pósters promocionales, ha regresado para seguir desarrollando su faceta como compositor. No es un simple capricho. Más de cuatro décadas de composición de soundtracks lo avalan, prácticamente compuso la música entera para la mayoría de sus largometrajes. Y cuando no lo hacía, dejaba la tarea a manos expertas, como a un tal Ennio Morricone en The Thing de 1982.
Los soundtracks para películas de terror influenciados por Carpenter están de regreso, con ominosas piezas en el sintetizador puntualizando sutilmente las escenas climáticas dentro del género, pero no esperen encontrar eso en Lost Themes II. En este nuevo álbum, Carpenter parece que se ha tragado a Yanni y le ha dado unos mordiscos a Vangelis. Desde el primer número, “Distant Dream”, Carpenter se deshace de la sutileza y la insinuación para atacar a su escucha con sonidos electrónicos agresivos, una batería esquizofrénica y un bajo -ecualizado al estilo grunge/nü-metal- muy insistente.
“White Pulse” empieza con la musicalización que le conocemos, un piano nervioso que indica que algo no anda bien a nuestros alrededores, antes de que se aparezca un tipo que se cree Neil Peart para pegarle duro a la batería eléctrica. De todos modos, el buen gusto nunca ha sido precisamente uno de los mejores atributos de Carpenter.
Muy a su -nueva- manera, el compositor entrega piezas musicales que sí inspiran, tal como la emocionante “Angel’s Asylum” y la épica “Utopian Facade”, aparte de que, para nuestro deleite, Carpenter utiliza el truco de poner dos canciones seguidas muy similares: “Virtual Survivor” parece el reflejo de la rola anterior, “Dark Blues”, algo parecido a lo que hicieron los Smashing Pumpkins con “Where Boys Fear To Tread” y “Bodies” en el Mellon Collie , creando un leve pero dulce sentimiento de déjà-vu en el escucha.
Sobreproducido, aunque con algunos destellos musicales épicos, Lost Themes II no es de las mejores secuelas de John Carpenter.