Jimena Amarillo
La pena no es cómoda

Las rupturas pierden poco a poco el dolor en el nuevo disco de Jimena Amarillo.

En La pena no es cómoda, Jimena Amarillo nos quiere llevar por el camino del despecho, en el que sus separaciones le dieron el aprendizaje del autodescubrimiento.

Cuando una conexión profunda termina, sin previo aviso y de manera abrupta, nos damos cuenta de cuál es la realidad: nadie le pertenece a nadie. Pero eso no significa que el dolor no va a escapar rápidamente de nuestro sistema, que la soledad —nuestra única amiga— nos va a abandonar o que, de un segundo a otro, vamos a estar contentos, sino que poco a poco seremos más fuertes. En La pena no es cómoda, Jimena Amarillo nos quiere llevar por el camino del despecho, en el que sus separaciones le dieron un aprendizaje que nos regala con cada una de sus 12 canciones y 32 minutos.

Su primer disco Cómo decirte, mi amor (2021), hizo que desnudara su alma para poder conectar con nosotros. En esta segunda producción, hecha completamente por ella, la vocalista valenciana enfatiza más sus sentimientos para que no le quede nada por dentro y nos satura de amor, desolación y sufrimiento hasta que no podamos pensar nada más. Aquí, deja ver mucho más su pasión por el violín y vemos diferentes facetas en las que no solo es indie pop, sino que también tiene rock, boleros y RnB.

“Quiero que me mires” fue uno de los abrebocas del proyecto y es el tema que abre el corazón de la cantante. Inicia con un sonido muy bedroom pop muy Wallows, con guitarras acústicas, y que se va convirtiendo en un tornado de pensamientos que abruman, como si nos persiguen. Similar es la sensación de “De la cabeza a los pies”, allí el recuerdo de lo que fue nos embruja hasta tal punto que nos desespera.

Esa sensación de perdición se transforma en amor en “Billete de amor” que tiene elementos similares a “Little Q, Pt. 2” de Little Simz, con vocablos no léxicos y un sonido RnB sublime que se siente como si estamos frente al mar solos. Esta esencia de amargura y dulzura, continúa en “Baldosas”, una pieza en la que la paz nos acompaña porque dejamos ir.

Todo esto contrasta con “Porque tú lo sabrías”, que tiene un sonido muy similar al de “Where’s My Mind?” de Pixies, un rock emblemático y fuerte. También, experimenta con shoegaze en “Tu sangre de la mía”, donde finalmente nos atrevemos a amar y a encontrarnos de nuevo con nosotros mismos.

La verdad que muchas veces no nos gusta admitir es que crecer no es cómodo, nunca lo será… Para hacerlo, debemos atrevernos a vivir, a ser, a creer y a sentir. Jimena Amarillo nos muestra en La pena nos es cómoda que ya no nos hace falta escondernos, sino enfrentarnos a nuestros demonios para hallar a nuestro verdadero amor: nosotros mismos.