Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
9
Roc Nation / 2017
Le toma treinta y seis minutos y once segundos a Shawn "Jay-Z" Carter volver a la cima del juego. Aunque podemos acordar que no estamos frente al mejor disco de su carrera, sí es posible afirmar que este es su mejor álbum en una década, muy por encima de Magna Carta... Holy Grail y con mayor consistencia que el Blueprint 3, su décimo tercer elepé es una prueba de que Jigga nunca se fue. Menos ambicioso que sus trabajos anteriores en cuanto a producción, 4:44 es un disco mucho más profundo y significativo líricamente.
Desde el inicio es contundente, con “Kill Jay Z”, Jigga no solo hace un diss-track para sus detractores, sino, también, para sus antes amigos. "But you ain’t a Saint, this ain’t Kumbaye" es una bala directa a su ex protegido y compañero de carrera Kanye West; pero no es todo, no se trata solo de un diss, es una lección de alguien que toda su vida ha hecho las cosas por sí mismo. "They’ll never love you, you'll never be enough, let’s just keep it real, Jay Z" se escucha en el opening del primer verso y es, junto con el resto de la letra, la manera en la que Jay se despoja de su ego para aceptar sus errores del pasado. La segunda canción es “The Story of O.J.”, una poderosa oda a la cultura negra en Estados Unidos y su intención de encaminarla hacia un lugar mejor. Se escucha a Nina Simone en el fondo cantando: "My skin is black…".
“Smile”, es un tema que ha creado controversia debido a que en ella se revela la homosexualidad de Gloria Carter (Madre de Jay-Z): "Mama had four kids, but she's a lesbian". Es un tema en el que Jay explora en sus memorias y nos hace testigo de cómo esos malos recuerdos y experiencias le dieron la fuerza para hacer las cosas mejor.
Es un disco que pareciera no buscar el éxito comercial. De otra manera, 4:44 se siente como una disculpa que no podía ser postergada y que era urgente para Jay-Z. Muestra de ello es el tema que le da nombre al disco: “4:44”, quizá su track más honesto y personal hasta la fecha. No es una respuesta a Lemonade cómo se ha especulado pero podría serlo. Es más una carta que se escribe desde el fondo del alma, una aleccionadora y cruda confesión en la que deja al personaje atrás y se muestra desnudo como un esposo y padre, Shawn como hombre lleno de defectos u una intención de hacer las cosas de la manera correcta por primera vez. El corte está dirigido a su esposa, Beyoncé, y habla de su vida en familia y de su papel como padre, pero también es una mirada al mundo y un cuestionamiento a su rol como líder. Sin duda, de las mejores canciones en el basto repertorio de Hov.
“Legacy” es el tema con el que cierra su disco y es, quizá, junto con “4:44”, el mejor logrado de todo el tracklist. Inicia con la voz de Blue Ivy (hija de Jay y Beyoncé) preguntando ‘Daddy, what’s a will?’. Una muestra de la complejidad con la que Jay puede construir una canción y en el cual discute y se cuestiona (una vez más) su papel como líder y el legado de la familia Carter para la comunidad negra: ‘black excellency’.
Los temas más flojos del disco son “Caught Their Eyes”, en el que colabora Frank Ocean; y “Bam”, que cuenta con la aparición de Damian Marley. Ambos temas se sienten intrascendentes por sí mismos, pero funcionan de manera perfecta en conjunto con el resto del álbum. El resto de canciones: “Family Feud”, “Moonlight” y “Marcy Me” (este último con la voz de The Dream) son dignas de mencionarse y consolidan a este como uno de los mejores trabajos del neoyorquino.