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BMG / 2016
Gracias a sus composiciones e interpretaciones honestas, James ha sobrevivido el paso de los años. Con altas y bajas, aciertos y desaciertos, los de Manchester han logrado impecables álbumes, una fiel y larga lista de seguidores, y un regreso espectacular con Girl at The End of The World.
Con la producción de Max Dingel y su eterna amistad con el caos, de acuerdo a Tim Booth, esta entrega #14 ha sido el álbum más difícil y estresante de toda su carrera. Y es que con el paso de los años y después de algunas rupturas, su música no solo ha madurado, sino que hoy suena más fuerte que nunca.
A través de 12 historias que nacieron en el complejo inconsciente de Booth, James nos regala un disco cargado de energía y emoción. La intro larga de “Bitch” agudiza el oído con sonidos espaciales y guitarras con distorsión. Es hasta el minuto 2:09 cuando escuchamos a Booth, quien durante dos minutos y medio más contagia con un pegajoso coro.
“To My Surprise” supera por mucho al tema de inicio. Es una rola en la que los británicos te ponen a hacer lo que mejor saben: bailar. Ya entrados en calor, nos sorprenden con “Nothing But Love”, un track bastante melódico con coros estilo Beach Boys. La verdad es que un poco de romanticismo nunca viene mal.
Mark Hunter hace de las suyas con el piano en “Attention”. Nos regala una canción que toca fibras sensibles y crea una atmósfera de esperanza. Pronto escuchamos teclados y sonidos más sintéticos que nos recuerdan a otra leyenda de la música británica: New Order.
Sobre un escenario de suspenso, comienza a resonar “Dear John”. El mensaje es claro. Se trata de una despedida en la que el cambio de ritmo vocal es escalofriantemente hipnótico. Es la canción perfecta para dejar al amor de tu vida (o a cualquiera), y sentirte como en el clímax de una película.
Por otro lado tenemos a “Catapult”, un tema brillante que con un ritmo pegajoso y una declaración sincera, te invitan a subir el volumen de tus bocinas y cantar fuerte.
Enseguida podemos disfrutar de delicadas palabras en francés. Con “Alvin” se percibe que la fiesta está por terminar, pero de pronto llega “Walking” a seguir con el ambiente. Finalmente, llega el tema homónimo. “Girl at The End of The World” es, sin duda, el tema que perfectamente engloba la esencia de este material apocalíptico, y nos deja con ganas de más fin del mundo.