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Jake Bugg - On My One

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Jake Bugg - On My One
Jake Bugg - On My One

Virgin EMI Records / 2016

Artista(s)

Jake Bugg

30/Jun/2016

Previo a su show en El Plaza Condesa, te contamos a qué suena el nuevo disco de Jake Bugg.

Vivimos en una época en la que la tecnología se ha adueñado de la música. Ya sea en su distribución o en su ejecución, lo digital domina la manera en la que se producen y consumen las canciones que nos acompañan en el día a día. Sin embargo, aún existen quienes apelan a lo orgánico, lo acústico, lo old school. Este es el caso de Jake Bugg, un británico que decidió regresar a las raíces del folk y country para demostrar que no todo en el mundo es digital, lo que reafirma con su tercer disco, On My One.

El álbum empieza con la canción que le da nombre al disco, una melodía que remonta al country de Woody Guthrie, dejando a un lado el contenido social, claro. Con solo su guitarra y voz -demasiado madura para un joven británico de 22 años de edad- logra transportar en el tiempo al escucha a una época en la que las guitarras eléctricas eran cosa de ciencia ficción, y las historias cantadas viajaban de boca en boca.

“Love, Hope & Misery”, continúa con este sonido pero con el agregado de la batería y una guitarra bluesera que acompañan a Jake logrando un sonido un poco más rockero, sonido que se extingue en “The Love We’re Hoping For”, que regresa a la balada folk, aunque esta vez de manera menos dramática que en la canción encargada de abrir este material. El country y sus subgéneros siguen con “Put Out the Fire”, una canción hillbilly muy al estilo sureño estadounidense.

Una referencia a Beck se puede percibir en “Ain’t No Rhyme” pues se trata de una base de batería al estilo hip hop, una guitarra country y un Jake que rapea encima: cualquier parecido con “Loser” es mera coincidencia.

Y así como en este disco se pueden encontrar parecidos con Beck, también se puede escuchar la influencia de clásicos como Bob Dylan o Neil Young, en específico en “Livin’ Up Country”, la cual claramente te transporta a la época en que Dylan se hizo de una guitarra eléctrica o bien, cuando Neil agarró una acústica.

“All That”, una balada al estilo Ryan Adams interpretada a voz y guitarra le da un toque oscuro y nostálgico al disco mientras que “Hold On You” se va hacia un lado más blues, dando por cerrado un álbum que rinde tributo a los orígenes del rock recorriendo el country, folk, hillbilly y otros géneros pioneros de manera fresca y actual.

Hasta aquí todo parece perfecto, un disco sólido, tradicional, bien producido y mejor logrado. Sin embargo, existen canciones como “Gimme The Love” que arruinan por completo la experiencia. En específico, esta melodía suena más a brit pop que a otra cosa, lo cual hace que se convierta en un trabajo sin identidad. Lo mismo pasa con “Bitter Salt”, que recuerda a Interpol en lugar de a Dylan. Al parecer, a este muchacho aún le falta definir el camino que quiere seguir: si quiere tocar country está bien, lo hace de maravilla, pero si lo que desea es un sonido más rockero -que también domina a la perfección- debería de, al menos, no mezclar ambos géneros en el mismo LP.

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