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Matador Records / 2019
Interpol parece haber vuelto a sus raíces un poco y no tiene nada de malo. La banda se ha vuelto más hábil y se conoce muy bien, las composiciones son más ajustadas a ese estilo que los fans siempre les van a recibir bien, se percibe un Paul Banks más cómodo dejando que todo salga bien, y casi todo el encanto de esos primeros años ha sido absorbido por un abismo negro y profundo en cuanto a sonoridades de la banda y quizá otras experiencias más agradables personalmente.
En este EP –y como lo demuestras algunas canciones como lo son “Fine Mess” y “Real Life” e inclusive un poco “The Weekend”, que se siente poderosa, sin complicaciones y con estabilidad, con todo ello retoman de cierta manera ese espíritu cautivador e intrigante, no a la altura de los dos primeros discos, pero sí se sienten esos destellos sobre todo en cuanto a relación con el sonido y la ejecución, A Fine Mess encaja en algún lugar incómodo entre el primero y el segundo.
Las canciones fluyen y encuentran a su manera cierta madurez emocional que vuelve a revivir un poco ese núcleo de un Interpol más destacado, de una línea a la que difícilmente se van a separar porque no hay necesidad de ello, porque ahí está “No Big Deal” y no porque no evolucionen porque sí lo han hecho sino porque nadie mejor que ellos saben que su sello es su sello y así será siempre.
“Thrones” corona esa esencia, una confesión de cómo opera la banda ahora, ya que la agrupación ha logrado apretar un puñado de melodías decentes en este EP en donde exploran desde lo lento, a lo bien escrito y a lo bien ejecutado, no tan espeluznante como algunas de las canciones más oscuras que han compuesto, pero es un gran preámbulo de lo que podríamos esperar para su siguiente álbum de larga duración.
Es probable que la demás crítica diga que trabajan en la misma fórmula, pero eso no ha sido un secreto en lo absoluto. La misma guitarra suena y los acordes te atrapan, sabes que se tratan de ellos, esto lo que hace a Interpol, son ese patrón el que hace que sus canciones sean tan atractivas y aunque los propios instrumentos y acordes/melodías pueden tener patrones simples, la interacción entre ellos no lo es.
Reitero, se siente como un gran preámbulo de lo que podríamos esperar para su siguiente álbum de larga duración.