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Inner Wave / 2021
A raíz de la pandemia, la música ha retomado un tema fascinante: el cambio. Dicho concepto ha resultado cautivador para muchos artistas a lo largo del tiempo, sin embargo, hoy en día predominan proyectos que abrazan esta temática como una respuesta premonitoria a nuestros tiempos, o bien, como una reacción inevitable ante los sucesos sociales y naturales actuales. Hay un cierto ímpetu invisible expresándose a través de la música que clama regeneración, pero que aún no encuentra pies ni cabeza.
Una de las bandas que suma su grano de arena a esta vasta idea es Inner Wave, quien con su cuarta producción discográfica, titulada Apoptosis, celebra 15 años de trayectoria artística. En esta ocasión, la agrupación californiana, inmersa en su característico rock psicodélico con tintes de soul y garage rock, explora sonoridades que invitan a la introspección (un elemento constante en su discurso desde su debut en 2013) y a la contemplación reflexiva sobre el aquí y el ahora.
El álbum fue grabado en el estudio True Sound durante la cuarentena, y las 12 pistas que lo conforman abordan principalmente amor, tristeza y, por supuesto, transformación como insignia principal. De hecho, el mismo título se refiere a un término biológico que describe la muerte celular durante el desarrollo de un organismo para que se abra paso a la renovación. De alguna forma, la banda y especialmente su vocalista, Pablo Sotelo, encontró en esta palabra el término exacto para compartir su sentir sobre los cambios que han experimentado últimamente.
Apoptosis comienza con "One in a Million", una canción de amor cuyos versos narran la historia de una pareja que solo necesita tiempo para sanar. Posteriormente, en “Rey”, la música se torna más épica al reflexionar sobre la muerte y su presencia omnipresente en cada momento cotidiano. De esta forma, dos entes implícitos (Presente y Futuro) abren el disco.
Le sigue “Fever”, un tema con el que volvemos en el tiempo a la pista de baile de los años 70 con un funky tan pegadizo y meloso que no podía hablar de un tema más hermoso: la esperanza de tiempos mejores.
“Creo que estamos aquí por una razón / No estamos fuera de lugar o derrotados / Creo que estamos aquí por una razón…”
Cabe destacar que hay un constante sube y baja en el disco. Una canción te invita a bailar, mientras que la siguiente te propone mirar el entorno con detenimiento y plantear preguntas profundas, prueba de ello es la siguiente pista, “Memory (Trees)”, la cual emana nostalgia a más no poder.
El comienzo de la quinta canción, "June", tiene una tierna y sutil referencia a "Bizarre Love Triangle" de New Order. Es uno de los tracks más conmovedores del álbum debido a su sinceridad para expresar amor de forma sencilla y sin pretensiones. “Reach” y “Nature” bajan el ritmo, pero pronto llega “Take 3”, uno de los sencillos promocionales que cautiva por el bajo inicial.
Es necesario destacar el equilibrio sonoro de la banda pues es evidente la buena vibra que emanan en conjunto. Por ejemplo, en "June", la voz de Sotelo se complementa con el ritmo cadencioso de las baterías, y estas a la vez se conjugan en el momento adecuado con los teclados para crear ambientes amigables y ensoñadores.
Por otra parte, “O” es el track más abstracto y abierto a cientos de interpretaciones. De acuerdo con Pablo Sotelo, el nombre está inspirado en el tipo de sangre O, la cual puede donarse a cualquier persona en el mundo y en cuyo nombre encontró cierta aura poética. Por mi parte, me gusta pensar en la forma de la letra y en el título mismo como ese agujero negro que abre paso a nuevos universos y posibilidades. En cierta medida, el disco también posee un espíritu de ciencia ficción con influencias del cosmos y los viajes espaciales.
Dicho tema es el punto más álgido del álbum con ese maravilloso solo de guitarra que aparece al final, y por el que uno cae, cae, cae y cae por la espiral sonora de su propuesta. Además, su duración corta y efímera solo provoca reproducirla una y otra vez.
"Algo nuevo está surgiendo / Puede que lo vea a través de…/ Cuando tu vida está fuera del camino / No hay nadie que pueda fallar / No quiero rendirme, no, no, no / Esto podría ser donde empiezo..."
Luis Portillo (batería), Elijah Trujillo (guitarra), Jean-Pierre Narvaez (bajo), Pablo Sotelo (vocales y guitarra rítmica) y José Cruz (teclados) deciden cerrar Apoptosis con “Air”, “Mystery” y “Bones”, canciones que de nueva cuenta retoman los tres estados del tiempo: pasado, presente y futuro. "Air" destaca por una melodía al piano muy elegante y sofisticada, mientras que "Mystery" abre paso a un ambiente nu-disco cuya lírica aborda el miedo del porvenir. ¡Misterioso futuro, no seas tan cruel con tu incrédula juventud!
Por último, “Bones” cierra con melancolía y tristeza. En la canción hay cierta intensidad y pasión que provoca un final dramático y conmovedor. Un satisfactorio desenlace que encuentra belleza en la tristeza y amor en las despedidas emanando así, sinceridad y mucha paz interior.
(***)
Tómate tu tiempo para escuchar Apoptosis. No te apresures y disfruta de cada elemento porque la experiencia seguramente te proporcionará un poco de tranquilidad dentro del caos. Recuerda que en Bandcamp encuentras breves historias sobre el origen de cada canción, escritas por Pablo Sotelo, así como los créditos correspondientes de la producción, mezcla, masterización, instrumentación, entre otros interesantes detalles. Cabe destacar que Apoptosis es publicado de forma independiente, por lo que no dudes en comprarlo.
¡Enhorabuena, Inner Wave!
Canciones que no pueden faltar en tu playlist: "Fever", "Take 3", "O" y "Mystery".