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Polyvinyl Records / 2018
Grapetooth es el nombre que adquiere el dúo conformado por Clay Frankel y Chris Bailoni a consecuencia de su gusto por botellas de vino accesibles y que además logra retratar de forma oportuna de lo que va su jovial sonido ascendiente de las corriente más memorable de la década de los años 80: El new wave.
Podrá sonar familiar el nombre de Frankel, pues forma parte de la agrupación Twin Peaks, en donde predomina su habilidad para crear las melodías más contagiosas dentro de la escena de garage en Chicago (cosa que no se debe tomar a la ligera, pues dicha ciudad goza de una de las escenas más vibrantes en el momento) . Por otro lado, Bailoni es un minucioso productor que había estado componiendo música bajo el seudónimo de Home-sick, en donde se puede apreciar su apego por los sintetizadores.
Al final, influencias de proyectos como New Order, The Cure, Arthur Russell, Fishmans, Yellow Magic Orchestra y Yukihiro Takahashi en conjunto con las ilustres cualidades de ambos miembros resulta en un álbum bastante placentero y encantador.
El formidable debut abre con un himno titulado “Violent”, el cual te logra enganchar de manera inmediata al igual que una canción de New Order. El trabajo de los sintetizadores acompañando la entrega de las sencillas pero inolvidables líneas dejan una bella sensación que sencillamente podrías comparar con la misma que te podría dejar un final feliz de una buena película del género coming of age.
“Red Wine” es el tema que le da seguimiento a esta producción y aquí puedes encontrar una boyante oda a lo que es relajarse mientras te embriagas con una botella de vino al son de música confortable y buenas compañías. Efectivamente, esta canción fácilmente adquiere el estatus de música confortable.
“Trouble” es una pieza altamente contagiosa. Con tan solo una escucha, la melodía creada por el sintetizador se quedó plasmada en mí –ya desde hace algunos meses– y no me quejo. Es alegre, optimista y simplemente emana muy buenas vibras.
El título de otra canción destacable que también retrata a la perfección el sonido ochentero es “Death”, de tal manera que Kevin Bacon naturalmente podría desahogarse mientras baila de manera desenfrenada al ritmo de esta durante una catarsis emocional. Básicamente el 70% del álbum podría formar parte del soundtrack de muchas de las películas más memorables de los años 80.
"Hangover Sq." es en donde se pueden apreciar influencias por parte de The Cure, con una base que se nutre de una perfecta armonía entre los teclados, la guitarra acústica y la voz grave de Clay creando una grata energía.
Otra acierto que percibí del álbum fue en el cierre con "Together", en donde se aprecia un corte acústico que inspira un canto colectivo con una sensible lírica. Un adecuado cierre para esta producción tan amena.
Grapetooth es una banda que logra devolver un sonido que todos los entusiastas de la música disfrutamos sin que suene como una copia. Sus influencias son claras, pero definitivamente tiene su esencia y alma propia. Es evidente que gran parte de su sonido podría encajar en otra época, pero en ningún momento se puede confundir con algún otro proyecto musical dentro del género que sirvió como inspiración.