133173
Gaika — BASIC VOLUME

9

Gaika
BASIC VOLUME

Warp Records / 2018

Artista(s)

Gaika

07/Ago/2018

Porque a veces la oscuridad es la única luz que necesitamos.

Hablar de rap en Reino Unido siempre es complicado pues las delimitaciones sonoras se vuelven confusas y las líneas que separan a un género musical de otro se desvanecen hasta casi desaparecer. En un país en el que el grime es el dueño absoluto de la escena hip hop y en el que el racismo y la xenofobia se niegan a palabra expresa, pero se practican en el día a día como disciplina auto impuesta el álbum debut de Gaika es uno que no solo deseábamos: necesitábamos desesperadamente.

Con una trayectoria fructífera en los últimos tres años y un par de mistares aclamados ampliamente por la crítica, además de controversia por un track banneado por Radio1, Gaika Pedro Tavarez ha construido una plataforma musical jugando con sonidos que van desde el dancehall hasta el techno, pasando por el R&B y claro, el rap. Muestra de lo anterior es este LP titulado BASIC VOLUME.

15 tracks son suficientes para que el músico de ascendencia jamaiquina y granada, y quien creció en Brixton (Sur de Londres), se coloque como el nuevo referente de la música hip hop en Inglaterra.

Tópicos como la violencia en las calles, la inmigración, la lucha de clases y la juventud y su deseo de grandeza tienen espacio en las líneas que aderezadas con un autotune poco sutil y vertidas sobre ritmos oscuros y beats tropicales (mezcla que se imagina impensable, pero que en este caso suena exquisita) cruzan el umbral del subconsciente y taladran en la amígdala desordenando nuestras emociones sin oportunidad de defendernos. Temas como “Seven Churches For St Jude” o “Crown & Key” son golpes directos y llenos de rabia con los que el disco mantiene su esencia violenta, pero que acompañados de cortes como “Black Empire (Killmonger Riddim)” y “Inmigrant Sons (Pesos & Gas)” nos dan una muestra de cómo el dancehall se baila y se utiliza como mensaje emancipador. El disco de principio a fin es un cúmulo de ritmos que, distantes entre ellos por naturaleza, suenan mejor acompasados, mezclados, enfrentados y coexistiendo en un sistema sonoro –que si bien es oscuro– nos muestra una luz que nace de esa misma lobreguez.

Al mismo tiempo es un LP personal y cargado de experiencias que el propio MC, productor y artista visual ha vivido, tales como la muerte reciente de su padre o el ser detenido en un aeropuerto y asediado por el personal de migración cuando trataba de abordar un avión de regreso a casa.

La producción del álbum es impecable del primer track al último, pero esa no es su característica más fuerte, no. Un disco con la variedad de realidades y temas que se expresan en cada uno de los cortes es uno difícil de encontrar y más aún cuando cada trama está tan bien desarrollada como lo está en el trabajo del londinense. El álbum es una crítica al sistema, a las personas y a sí mismo; es una llamada de auxilio para la raza humana, pero también un faro que da esperanza a una sociedad que navega sin rumbo necesitada de un mensaje crudo que funcione como timón.

Políticamente cargado, lleno de pasajes bíblicos escondidos a simple vista en algunas canciones y con el downtempo que predomina en cada pieza de la composición, el álbum suena como un sermón propio de un predicador comprometido con su rebaño, pero es un sermón que cuestiona y no uno que declara, BASIC VOLUME termina siendo un himno: un himno espectacular.