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Frankie and the Witch Fingers — ZAM

9

Frankie and the Witch Fingers
ZAM

Greenway Records / 2019

Artista(s)

Frankie and the Witch Fingers

Terror, serie B y el mundano ruido de la psicodelia: ¡Frankie and the Witch Fingers! 

Pisa el acelerador a fondo. Muévete por la carretera a toda potencia. Siente los sonidos pulverizar tus sentidos. Las vibraciones de las llantas al quemar el pavimento. Huele a humo y te encanta esa sensación. Súbele un poco más al volumen del estéreo para silenciar al mundo. Frankie and the Witch Fingers es aquel soundtrack perfecto para aquel viaje sin rumbo. Donde el calor y los paisajes hacen un match perfecto con los riffs electrizantes. Tu cabeza gira un poco más rápido. Haremos responsable a ZAM por el inconveniente. 

Con base en Los Angeles, el cuarteto californiano presenta su quinto material de estudio. ¿Nació en 2019? ¿O en un podrido garage de 1968? La psicodelia reencarna y no deja de crecer. Es aquella mala hierba que es arrancada una y otra vez del jardín. Con completa arrogancia vuelve a surgir, tal vez con otro aspecto y distintos rostros, pero siempre con poder y erupciones de potencia. Una combustión que le da sentido a muchas vidas. Y, claro, siempre termina por conquistarnos, deseando escuchar un poco más. Un decibel más alto. Y un acorde más rápido. O lento, dependiendo del humor y la distorsión. 

Provenientes de otro planeta, Frankie and the Witch Fingers juega en sus letras con criaturas míticas, personajes de terror, momentos claves de la cinematografía Serie B, el caos apocalíptico y mucho, muchísimo ruido. Con grandes bocanadas de fuzz y sin miedo a destruir tus oídos, los californianos se superan en este LP, consolidando su propuesta que conjunta krautrock, psicodelia, garage y en ocasiones destellos de funk. 

“Dracula Drug son casi nueve minutos de pura genialidad. Es raro escuchar a una banda que abra un disco con una pista larga y que al mismo tiempo suene tan fugaz. Momentos de introspección, una válvula que no contiene la presión y termina por explotar con un ritmo que nos recuerda a Iggy Pop en sus inicios con The Stooges. ¿O son los Stones cuando hacían música de verdad? No lo sé, pero Frankie and the Witch Fingers te atrapa al primer minuto. 

“Work y Realization tienen más soltura. La agrupación juega con cambios de ritmo y los años que llevan juntos parece que son 20 y no cinco. La conjunción y la fuerza con la que ejecutan sus instrumentos es brutal. Es cierto, muchas agrupaciones pueden hacer ruido más fuerte, tampoco han descubierto el hilo negro en la psicodelia y el garage, pero lo están disfrutando cada segundo. Y cuando escuchas un material que emana ese tipo de vibraciones, te empieza a encapsular y el sonido te va envolviendo hasta que te consume por completo. ¡El poder de la música damas y señores! 

“Pleausure deja un poco el garage de lado y se orilla más a la psicodelia. Gigantescos efectos en las guitarras bien utilizados y moldeados a la perfección. Frankie and the Witch Fingers muestra que no solo sabe romper, también sabe tocar. ZAM no para, y la canción que le da nombre al disco es un claro ejemplo. Te conecta con lo místico, dibuja paisajes hipnóticos y te hace despegar del suelo. Ocho minutos de acordes que van en constante progresión conducidos por un demonio que ríe a toda marcha. Un excelente momento para terminar la primera mitad del larga duración. 

La calma, si la podremos nombrar de alguna manera, llega con Cobwebs. Al fin escuchas la batería y el bajo con más detenimiento. Y no es que en las primeras cinco pistas hubieran estado ausentes, pero las guitarras fueron más determinantes. Dark Sorcerer vuelve a golpear fuerte. Salvaje, contundente y lleno de electricidad. Aunque tal vez este tema los lleve un poco por un sonido más comercial, la banda tiene tropiezos poco visibles. 

"I Am” y “Underneath You son una antítesis. La primera, de un minuto con 16 segundos de duración. Con un cambio de riff que nos hace desear un poco más. La segunda, con una duración que sobrepasa los nueve minutos. Que nos otorga lo que la otra nos dio a desear. Frankie and the Witch Fingers es adicto a inspeccionar nuestra mente. Quiere siempre más y vuelve por ello en cada momento. De una manera profunda, atraviesa nuestros ojos para insertarse en el cerebro. ZAM se convierte en un increíble disco. Para cerrar la trama, “Head Collector llega con el sonido más liviano y progresivo de todo el material. Un cohete que despega y nos hace viajar por el espacio. Se predecía que podrían cerrar con una canción así. No esperaba que fuera tan sublime. 

¿Qué hay que criticar de este disco? No mucho, sería absurdo perderse en detalles burdos y sin sentido. Dejarse llevar y enlazarse en la telaraña de géneros que nos presenta la agrupación es la mejor opción. La calidad es gloriosa. Continúen el viaje y repítanlo las veces que sea necesario. Buen viaje amigos y no se abrochen el cinturón, la bruja sabrá cuidarlos muy bien.