El encantador abandono de The Pains of Being Pure at Heart
El encantador abandono de The Pains of Being Pure at Heart

The Pains of Being Pure at Heart

Days of Abandon

Yebo

2014

Cuando se trata de texturas como el noise pop y el dream pop, es fácil perderse en la autofagia o parodia a si mismos. La falta de creatividad o inspiración puede llevar a crear un material genérico o poco atrayente, como ha pasado con bandas como Crocodiles o The Joy Formidable, pero gracias al Dios del ruido, Days of Abandon es un peldaño más en la inmaculada discografía de The Pains of Being Pure at Heart.

La sola premisa de un nuevo material de los oriundos de Nueva York, tras no sólo una larga espera sino hasta el rumor de una separación, cual única perla en un mar de ostras, ilumina la mirada y alumbra corazones. Al dar el play inicial, fui arremetida con una sorpresa: ¡Guitarras acústicas! “Oh, Dios ¿qué le hicieron a mi grupo?”, pero no es de temer, “Art Smock” es mero alarde, puesto que lo bueno viene después.

Las melodías, caramelizadas y empalagosas, como sólo esta banda sabe hacer, regresan con fuerza, con ganas de que te vuelvas a enamorar de ella, de llenarte de historias de tragedia y gloria terrenal: el persistente miedo de crecer y la posterior resignación, las ironías de enamorarse de algo que creíste odiar en algún momento o el puro grito de la algarabía de jamás aprender ciertas lecciones ni querer hacerlo. “Kelly”, “Beautiful You” y “Eurydice” serían dignos representantes de dichas historias, temas cubiertos con una asfixiante dosis de inigualables guitarrazos que crecen y crecen como un corazón que implota.

Bien dice el dicho que cuando uno es fan, no hay discos malos, sólo buenos y unos “no tan buenos”, pero ¿cómo puedo ser objetiva cuando una de tus bandas favoritas no deja de hacer canciones que te enamoran una y otra vez? La formula perfecta de dream pop ahí está: “Simple and Sure”, “Masokissed”, y “Until the Sun Explodes” viven a su máximo esplendor, gloria y dulzura. Days of Abandon es esa exquisita esencia de colores que como salida de alguna flora fantástica, te rodea, te atrapa y te intoxica de maneras que no comprendes.

Ciertamente, un disco de TPOBPAH se disfruta más bajo el efecto del enamoramiento, pero, desde la fantástica ilustración de portada (que más o menos dibuja los típicos personajes que evocan sus temas), es un todo que valió la espera y la anticipación, y que al fan aguerrido dejará más que contento y al pasivo lo dejará trágicamente enganchado.